
La organización de Derechos Humanos internacional Human Rights Watch (HRW) ha asegurado este viernes que, desde la caída del régimen de Muamar Gadafi, los distintos grupos armados vinculados al Consejo Nacional de Transición libio (CNT) han detenido y encarcelado arbitrariamente a "miles de personas" y han sometido a malos tratos y a torturas a muchos de los prisioneros. Detenido el portavoz de Gadafi.
Entre el 31 de agosto y el 29 de septiembre, una delegación de Human Rights Watch visitó 20 centros de detención -ocho de ellos en Trípoli- y entrevistó a 53 prisioneros. Los entrevistados, aseguró la organización, denunciaron que habían sido sometidos malos tratos -como palizas o electrocuciones- en al menos seis centros de detención e incluso mostraron cicatrices para demostrarlo.
Aparte, ninguno de ellos había comparecido ante un juez. A juicio de HRW, el CNT, "con la ayuda de sus valedores internacionales", debe poner en marcha "urgentemente" un sistema de justicia con capacidad para juzgar los casos de "todos los detenidos", una tarea que no ha recibido "suficiente prioridad".
"Después de lo que han sufrido todos los libios en las cárceles de Muamar Gadafi, es descorazonador que algunas de las nuevas autoridades sigan sometiendo en la actualidad a los detenidos a arrestos arbitrarios y palizas", declaró el subdirector para Oriente Próximo y director para el Nore de África de HRW, Joe Stork. "El CNT debe demostrar al pueblo de Libia que va a instaurar el Estado de derecho desde el principio", aseveró.
Sin revisión judicial
Desde la caída del régimen de Muamar Gadafi, a finales del pasado mes de agosto, las brigadas locales, las milicias y otros cuerpos de seguridad vinculados al CNT han detenido y encarcelado a miles de personas "sin la debida revisión judicial", según Human Rights Watch. Los sospechosos de crímenes graves, como homicidios y violaciones, han recibido los peores tratos, torturas incluidas, por parte de las fuerzas del Consejo de Transición.
Por otro lado, según HRW, muchos de los detenidos son libios de raza negra o subsaharianos acusados de haber combatido junto a Gadafi y, en algunos casos, los guardias de los centros de detención han obligado a los subsaharianos a realizar trabajos forzados ilegales.
Un problema importante, según la organización, es que muchos de estos elementos armados operan en Trípoli o en el oeste de Libia sin ninguna "vigilancia efectiva" o sin "ninguna experiencia". Algunos de ellos han actuado correctamente, con las correspondientes órdenes de arresto, "pero otros han abusado de los detenidos y han hecho un uso innecesario de la fuerza durante la detención", denunció.
El pasado 23 de diciembre, el primer ministro del CNT, Mahmud Jibril, aseguró a Human Rights Watch que "el abuso contra los prisioneros es inaceptable" y que la revolución se había llevado a cabo precisamente para "poner fin a estos malos tratos, no para que continúen".