
Las fuerzas rebeldes libias han informado este viernes de enfrentamientos a las afueras de Sirte, la ciudad natal del líder libio Muamar Gadafi, en respuesta a un ataque de elementos leales al coronel. Interpol ordena la detención de Gadafi y de uno de sus hijos
"Las fuerzas de Gadafi nos han disparado con misiles Grad. Ahora hay batallas cerca del río", ha explicado el portavoz de los rebeldes, Ahmed Bani.
De hecho, soldados leales al coronel lanzaron una serie de cohetes contra posiciones de los alzados ubicadas a unos 90 kilómetros al este. Hasta el momento, no se ha hablado víctimas en el frente de Sirte, donde en las horas pasadas perdieron la vida cinco rebeldes en un intento por avanzar hacia una aldea vecina.
Además, este viernes los rebeldes habían comenzado a entrar en la asediada localidad del oasis de Bani Walid, una de las pocas en las que aún resisten fuerzas gadafistas. Unidades de los insurrectos han penetrado casi un kilómetro en el interior del oasis, en el que se creen que podrían estar escondidos Seif al Islam o Saadi, dos de los hijos de coronel Muamar el Gadafi.
Los rebeldes se toparon con la oposición armada de los leales al antiguos régimen, apostados en los tejados y las esquinas de uno de los principales barrios del oasis, explicó a Efe una fuente de los insurrectos sobre el terreno.
"Las tropas han entrado por el norte, el sur y el este, y gracias a Dios ahora estamos dentro. Esperamos que pronto podamos poner fin a todo y alzar nuestra bandera", explicó uno de los comandantes.
"Hacia la victoria final"
En Bani Walid, los enfrentamientos comenzaron después de que la aviación de la OTAN abriera fuego y destruyera una lanzadera de cohetes en poder de las fuerzas gadafistas, explicaron oficiales sobre el terreno.
"Hemos avanzado hacia el centro de la ciudad desde las carreteras de Mistrata y Trípoli", explicó a Efe el comandante Abdala al-Jazami, al mando de una columna rebelde en el puesto de control de Wishtata.
Bani Walid es, junto a la ciudad costera de Sirte y los oasis de Sebha y Jufrah, uno de las últimas ciudades del país aún controladas por remanentes del antiguo régimen.
Los insurrectos consideran que la toma de Bani Walid puede ser un punto de inflexión que ayude a asfaltar el camino hacia la "victoria final" y el inicio de la reconstrucción política, económica y social del país