TRÍPOLI/BENGASI (Reuters) - Las fuerzas libias respaldadas por bombarderos de la OTAN se enfrentaron el miércoles a tropas leales a Muamar el Gadafi en torno a la ciudad natal del ex líder, mientras los refugiados salían del bastión asediado temiendo un derrame de sangre en los próximos días.
Mientras Trípoli y otras ciudades celebraban de forma especial la fiesta que pone fin al Ramadán, ante la caída de un régimen de 42 años, las fuerzas opositoras a Gadafi se reunían en los alrededores de la ciudad costera de Sirta.
La presión se mantenía así sobre sus defensores, a los que se ha dado de plazo hasta el sábado para rendirse.
La OTAN dijo que sus aviones bombardearon el martes a fuerzas de Gadafi cerca de la ciudad costera, que es un bastión del líder libio, en una ofensiva dirigida a tanques y otros vehículos blindados, así como a las instalaciones militares.
También se alcanzaron objetivos en el área de Bani Walid, otro bastión de Gadafi situado a 150 kilómetros al sureste de Trípoli. Combatientes rebeldes dijeron el mismo día que han avanzado unos 30 kilómetros hacia la desértica ciudad.
El miércoles, combatientes del Consejo Nacional de Transición (CNT) dijeron haberse enfrentado con las fuerzas de Gadafi que patrullaban el oeste de Sirte.
A su paso por un punto de control establecido por las fuerzas del consejo de Gobierno interino, el CNT, muchos de los refugiados dijeron temer una batalla mayor, ya que no esperan que las fuerzas gubernamentales que defienden la ciudad natal de Gadafi se rindan sin presentar pelea.
"Necesito llevar a mi familia adonde haya paz. Aquí habrá una gran lucha", indicó un hombre que se identificó como Mohamed.
Ali Faraj, un luchador de las fuerzas de oposición que obligó a Gadafi a esconderse la semana pasada, dijo que dudaba que la gente en Sirte se uniera voluntariamente a la revuelta contra el líder libio.
"Habrá una lucha por Sirte. Es una ciudad peligrosa. Es poco probable que crezca. Mucha gente ahí apoya a Gadafi. Está muy cerca de Gadafi y su familia. Aún está controlado por ellos", añadió.
No hubo una confirmación independiente de las condiciones en Sirte, que se transformó en una ciudad próspera de 100.000 habitantes durante los 42 años en los que Gadafi gobernó Libia.
Funcionarios del CNT indicaron que el agua y la energía están cortados en su mayoría, y que el nivel de provisiones es bajo.
Después del amanecer, los fieles colmaron la Plaza de los Mártires de Trípoli, llamada Plaza Verde en la era de Gadafi, gritando "Allahu Akbar (Dios es grande), Libia es libre".
En los tejados de los edificios había combatientes vigilando ante posibles ataques de los partidarios de Gadafi y se comprobaban los vehículos con perros para evitar riesgos. Incluso el ministro interino del Interior, Ahmed Darat, fue registrado.
En medio de un ambiente festivo, los padres sacaban fotos de sus hijos vestidos con ropa nueva para la fiesta de Eid al-Fitr, que pone fin al Ramadán, el mes de ayuno musulmán.
"Este Eid es especial. Antes teníamos miedo", dijo Hana Mahdoub, de 28 años. "Ahora sentimos que hay seguridad. Queremos que nuestros hijos lo celebren con ropa nueva", agregó.
Una opinión similar tuvo Hatem Gureish, un comerciante de Trípoli de 31 años.
"Este es el Eid más hermoso y el día más hermoso en 42 años (...) Hemos venido aquí para expresar nuestra alegría por el final de los 42 años de represión y privaciones", agregó.
Pero la guerra no ha terminado todavía. El paradero de Gadafi sigue siendo desconocido y sus seguidores desafían un ultimátum fijado por el consejo interino de Libia.
EL ULTIMÁTUM SE CUMPLE EL SABADO
La insurgencia libia, que se rebeló contra Gadafi en febrero, necesita la potencia aérea de la OTAN para poder ganar, pero, dada la infeliz historia colonial del país, se ha mantenido cauta ante la intromisión extranjera.
Los líderes interinos del país podrían querer también la ayuda de Naciones Unidas para crear una nueva fuerza policial, pero no ven ningún papel de las fuerzas internacionales de paz o de observadores extranjeros en el futuro del país, dijo un funcionario de la ONU.
"Están muy seriamente interesados en la ayuda (...) para tener la situación de seguridad pública bajo control y desarrollar de forma gradual una fuerza de seguridad pública democráticamente responsable", dijo Ian Martin, enviado especial de la ONU para la planificación de Libia tras el conflicto, en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.
Ansioso de consolidar su poder y reducir las privaciones por seis meses de guerra, el nuevo consejo gobernante logró una inyección de dinero cuando el comité de sanciones de Naciones Unidas liberó 1.550 millones de dólares (unos 1.073 millones de euros) en notas bancarias bloqueadas en Reino Unido en cuentas controladas por Gadafi.
Francia ha pedido al comité que descongele 1.500 millones de euros de activos libios en el país europeo, dijo el miércoles una fuente del Gobierno francés, añadiendo que Libia tiene 7.600 millones de euros de activos estacionados en bancos franceses.
/Por Samia Nakhoul y Maria Golovnina/
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