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Irene azota Nueva York pero como tormenta tropical

NUEVA YORK (Reuters) - La tormenta Irene azotaba el domingo Nueva York con fuertes vientos y copiosas lluvias, derribando cables de energía eléctrica e inundando partes de las desérticas calles del Bajo Manhattan pese a haber perdido buena parte de su intensidad.

Irene fue degradada a tormenta tropical el domingo por la mañana, pero aún provocaba alto oleaje en la costa este de Estados Unidos e inundó algunos suburbios frente al Atlántico.

En South Street Seaport del Bajo Manhattan había alrededor de 30 centímetros de agua y el flujo parecía estar subiendo, aunque se registraron mucho menos daños de los que se temían.

"No es tan malo como dijeron que sería. Las calles están inundadas pero no es tan malo como pensé", dijo John Harris, de 37 años, quien desafió la orden de evacuación y permaneció en su casa durante la noche en Rockaways. "Pero voy a estar atento. Sé cómo salir de aquí si tengo que hacerlo", afirmó.

Las fuertes lluvias y vientos obligaron al cierre de tres puentes que conectan con la península Rockaways que enfrenta al océano Atlántico, y más al este en Long Island las barreras de arena para contener las aguas y proteger las oficinas costeras parecieron fracasar.

Irene causó al menos nueve muertes a su paso por Carolina del Norte, Virginia y Florida. Unas 3,3 millones de personas estaban sin energía y millones más debieron ser evacuados.

Las calles de la ciudad de Nueva York, normalmente atestadas, estaban inusualmente tranquilas después de que las autoridades ordenaran evacuaciones sin precedentes y cerraran sus aeropuertos y trenes subterráneos.

WASHINGTON SIN MAYORES DAÑOS

Los meteorólogos dijeron que Irene seguía presentando una amenaza de marejadas que podrían elevar los niveles de agua en unos 1,20 a 2,40 metros en las zonas costeras entre Virginia y Massachussetts.

La tormenta dejó hasta 200 litros por metro cuadrado de lluvia en la región de Washington, pero la capital parecía haber evitado grandes daños. No obstante, los aeropuertos permanecieron abiertos y el tránsito operaba con normalidad.

Rick Meehan, alcalde de la ciudad de Ocean en Maryland, apuntó a inundaciones y continuos cortes energéticos en algunas áreas del centro costero, pero agregó que las informaciones no apuntaban a grandes daños.

"Parece que evadimos un misil esta vez", indicó Meehan a la estación local de Fox News, WBOC News.

Desde las Carolinas hasta Maine, decenas de millones de personas estaban en el camino de la tormenta que llegó a la costa de Carolina del Norte al amanecer del sábado con lluvias torrenciales que derribaron árboles y causaron apagones.

"El borde del huracán finalmente está sobre nosotros", dijo el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, y advirtió que vientos con fuerza de tormenta tropical golpearían la ciudad.

Times Square, a menudo llamada la intersección más famosa del mundo, estaba escasamente poblada mientras Irene avanzaba sobre la ciudad con toda su fuerza.

Los espectáculos de Broadway fueron cancelados, era difícil conseguir café porque las tiendas de Starbucks estaban cerradas, al igual que los locales de McDonald's.

NUEVA YORK DESHABITADA

Las calles de la ciudad estaban quietas, pese a que algunas personas habían salido a revisar los daños dejados por la tormenta.

"Esperaba salir y ver lo peor", dijo Tom Wall, un ingeniero mecánico vestido con sandalias y un impermeable naranja, mientras caminaba por South Street Seaport. "Hasta el momento es mucho menos dramático de lo que me esperaba", estimó.

Tras Irene, los expertos meteorológicos mantenían un ojo sobre la tormenta tropical Jose, formada cerca de Bermudas.

Bloomberg advirtió a los neoyorquinos que Irene era una tormenta que podría amenazar sus vidas y los instó a permanecer dentro de sus hogares para evitar escombros o inundaciones, o el riesgo de ser electrocutado por cables cortados.

En el centro de Manhattan había una importante presencia policial en las calles, pero la mayoría de los residentes acató la advertencia de que debían quedarse en sus casas.

Cerca de 370.000 residentes de la ciudad recibieron órdenes de dejar sus casas en las áreas bajas, muchos de ellos en Brooklyn, Queens y el centro de Manhattan.

Muchos se negaban a evacuar. Nicholas Vigliotti, un auditor de 24 años que vive en un edificio junto a la zona ribereña de Brooklyn, dijo que no le veía el sentido. "Incluso si hay una inundación, yo vivo en el quinto piso", declaró.

El Centro Nacional de Huracanes (CNH), con sede en Miami, informó que los vientos de Irene bajaron a 100 kilómetros por hora en la mañana del domingo, pero pronosticó marejadas de hasta 2,5 metros para Long Island y el centro de Nueva York.

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