
El primer ministro británico, David Cameron, anunció el lunes una revisión de la política gubernamental para hacer frente al "colapso moral" de la sociedad británica que, en su opinión, contribuyó a los disturbios ocurridos la semana pasada en varias ciudades de Inglaterra.
"Los problemas sociales que nos han gangrenado durante décadas nos han estallado en la cara", dijo Cameron en un club juvenil de su circunscripción del condado de Oxford (centro), donde calificó de "señal de alarma" las cuatro noches consecutivas de violencia que dejaron cinco muertos y cuantiosos daños materiales del 6 al 9 de agosto.
"¿Tenemos la determinación de hacer frente al colapso moral a cámara lenta que ha tenido lugar en varias partes de nuestro país en estas últimas generaciones?", se preguntó en este discurso que anunció como el "contraataque" de su gobierno a los más graves disturbios que vive el país en al menos 30 años.
El primer ministro, en el poder desde mayo de 2010, se comprometió a "reparar" esta "sociedad rota" con una revisión en las próximas semanas de la política del gobierno, especialmente en el ámbito de seguridad pero también en materia social.
Prometió una "guerra total contra las pandillas" callejeras, a las que atribuyó un papel importante en unos disturbios que para él son únicamente fruto de la "criminalidad" y cuya erradicación estableció como una "nueva prioridad nacional". Ayer, El escritor Tom Sharpe atribuía los disturbios de Londres a las desigualdades y carácter de los ingleses.