
El gobierno de Silvio Berlusconi examinaba este miércoles nuevas medidas económicas de austeridad tras la llamada de atención del Banco Central Europeo (BCE), que puso una serie de condiciones para intervenir y comprar deuda soberana de Italia en los mercados secundarios.
Italia aceptó la semana pasada acelerar el ajuste fiscal comprometiéndose a alcanzar el equilibrio de las cuentas en el 2013, un año antes de lo previsto, como primer gesto dirigido al BCE.
Entre las exigencias de la entidad europea, figura realizar privatizaciones rápidas, entre ellas de las empresas municipales, e iniciar una reforma del mercado laboral. El BCE insiste en que el gobierno italiano se apresure a "hacer su trabajo" y aplicar las medidas de austeridad anunciadas.
Dificultad para ponerse de acuerdo
Algunos sectores del gobierno han propuesto aplicar un impuesto a las inmensas fortunas acumuladas, mientras otros sugieren recortes a las pensiones. La idea de tocar las pensiones, con el aumento de la edad de jubilación debido a que la esperanza de vida se ha incrementado, ha sido rechazada por la Liga Norte, principal aliado del gobierno, cuyo voto es indispensable en el Parlamento.
"No se tocan las pensiones de los trabajadores. La estabilidad económica no debe recaer sobre los más débiles", advirtió su carismático líder, Umberto Bossi.
Por su parte el partido de Berlusconi, el Pueblo de las Libertades, se opone tajantemente a imponer un impuesto sobre el patrimonio, que afectaría también a los bienes inmuebles.
"Es un impuesto de la izquierda. Mi gobierno jamás lo aprobará. Prefiero renunciar al cargo", fue la inmediata reacción de Berlusconi, uno de los empresarios más ricos del país con propiedades en toda la península, según revelan este miércoles los diarios locales.
Este asunto resulta muy delicado, ya que los sindicatos, la oposición de izquierda y los estudiantes están en pie de guerra contra las medidas de austeridad ya aprobadas y ulteriormente reforzadas que castigan duramente a los sectores más débiles e introduce entre otras el pago de una parte de las consultas médicas, hasta ahora gratuitas.
Las medidas iban a ser debatidas este miércoles en una reunión extraordinaria entre el gobierno y los agentes sociales. Mañana jueves, el ministro de Economía, Giulio Tremonti, las ilustrará ante una comisión del Parlamento.
Algunas pensiones se reducen
La única medida que ha sido aprobada oficialmente es la de anticipar un año varios recortes de tipo social, entre ellos la reducción de las pensiones por invalidez y por matrimonio, que permitirán ahorrar 20.000 millones de euros.
El gobierno conservador se comprometió también a proponer una reforma del mercado laboral, impulsar las privatizaciones y disminuir el costo de la política, en particular los escandalosos privilegios de casi mil parlamentarios, los cuales son remunerados con los salarios más altos de Europa y reciben una jugosa jubilación tras una sola legislatura.
Con las medidas de austeridad, Italia intenta calmar el acoso de los mercados, nerviosos por su enorme deuda pública de unos 1,9 billones de euros, 2,7 billones de dólares (cerca del 120% del PIB) y un crecimiento económico casi nulo.
Como señal positiva, Italia ha captado hoy 6.500 millones de euros al emitir obligaciones a doce meses, con fuerte baja de interés -2,959% en lugar de 3,67% del mes pasado- tras la intervención del BCE en el mercado de la deuda.