DAR ES SALAAM (Reuters) - El presidente de Somalia, jeque Sharif Ahmed, prometió el miércoles librar al país de los integristas islámicos que combaten para derrocarlo y están bloqueando la ayuda alimentaria a millones de personas que se enfrentan a la hambruna.
Sus declaraciones llegan cuatro días después de que la milicia de Al Shabaab retirara a la mayoría de sus efectivos de la capital del país, Mogadiscio, en medio de crecientes señales de divergencias entre sus mandos.
"Mientras estén en territorio somalí, incluso sobre una pulgada, no descansaré", manifestó Ahmed en una rueda de prensa tras reunirse con su homólogo tanzano, Jakaya Kikwete, en Dar es Salaam. "Nuestra determinación es expulsarles".
Algunos aliados regionales han criticado el fracaso de Ahmed a la hora de aplastar la insurgencia y lograr la aprobación de una nueva constitución que reparta mejor el poder político entre los poderosos clanes y regiones del país.
La rebelión de Al Shabaab, que se prolonga desde hace cuatro años, es el último capítulo de la guerra civil de dos décadas en Somalia, desatada tras el derrocamiento del dictador Mohamed Siad Barre en 1991. El caos en tierra ha favorecido el florecimiento de la piratería en aguas del cuerno de África.
La milicia islamista dijo que su retirada de la capital es una maniobra táctica, lo que hace temer que recurrirá con más frecuencia a métodos inspirados por Al Qaeda, como atentados suicidas y asesinatos.
Las ofensivas militares de este año contra Al Shabaab en Mogadiscio y el agotamiento de los "impuestos" obtenidos mediante la extorsión de comerciantes en la capital y los agricultores en las zonas rurales afectados por la sequía han aumentado las divergencias entre los comandantes rebeldes.
Una facción prefiere un programa más nacionalista somalí y quiere imponer un duro régimen islámico, mientras que otra facción más internacional pretende promover la guerra santa ("yihad") y forjar lazos más estrechos con las células regionales de Al Qaeda.
Al retirarse de Mogadiscio, los rebeldes podrían pretender esparcir la misión de 9.000 soldados de la Unión Africana que sostiene a la administración de Ahmed, que cuenta con el apoyo occidental.
"No hay dudas de que necesitamos más tropas", dijo Ahmed.
La ONU ha autorizado un contingente de hasta 12.000 soldados.
Al preguntársele si existe la opción de negociar políticamente con grupos moderados en Al Shabaab, el presidente respondió: "Por lo que sabemos, Al Shabaab (...) no está interesada en la paz, pero seguiremos ese camino si surge la oportunidad".
Rashid Abdi, un analista somalí del Grupo Internacional de Crisis, dijo que la milicia está demasiado dividida ahora para que pueda celebrarse cualquier negociación significativa.
Tanzania anunció el miércoles la donación de 300 toneladas de maíz a Somalia.