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Londres se recupera de una tercera noche de violencia

LONDRES (Reuters) - El primer ministro británico, David Cameron, mantendrá reuniones de crisis el martes después de tres noches de disturbios, saqueos e incendios protagonizados por jóvenes encapuchados que han destruido calles comerciales de muchas partes de Londres y han extendido las revueltas a otras ciudades.

Varios barrios de la capital afrontaban una limpieza masiva por los escaparates rotos, ladrillos, botellas y escombros de los edificios, mientras los refuerzos policiales recuperaban el control unas calles que durante la noche estuvieron en manos de los jóvenes.

Políticos y policías responsabilizan de las revueltas - las peores en Reino Unido en décadas - a delincuentes y gamberros oportunistas. Sin embargo, los residentes de las zonas afectadas y algunos analistas atribuyeron el malestar a las tensiones locales y la irritación por las dificultades económicas en una ciudad donde están creciendo las diferencias entre los que tienen dinero y los que no.

"No tenemos trabajo, no tenemos dinero. Oímos que otras personas obtienen cosas gratis, ¿por qué no nosotros?", se preguntaba E.Nan, un joven con una gorra en Hackney, una zona multiétnica del este de Londres y una de las más afectadas.

Los disturbios comenzaron ante un panorama sombrío en Reino Unido, donde la economía tiene dificultades para crecer y el Gobierno está imponiendo recortes más profundos del gasto público y subidas de impuestos para ayudar a eliminar un déficit público que se sitúa en el 10 por ciento del PIB.

También muestra al mundo una cara desagradable de Londres a menos de un año de los Juegos Olímpicos de 2012, una cita en la que los organizadores esperan mostrar una ciudad dinámica, próspera y cosmopolita.

"Esto no es pura y simplemente sobre raza, fe y clase", dijo el profesor Mike Hardy, director ejecutivo del Instituto de Cohesión de la Comunidad.

"Uno de los motores más poderosos es la diferencia entre los que tienen y los que no. Tiene que ver con los que están excluidos", añadió.

De madrugada, a medida que la violencia iba disminuyendo, coches repletos de cosas circulaban a gran velocidad por el centro de Londres. Los testigos hablaban de numerosos casos de robos de vehículos.

CRISTALES ROTOS

En el distrito pobre de Woolwich, en el este de la ciudad, los cristales rotos llenaban las calles, salpicadas de productos robados, maniquíes y otros restos de los saqueos.

La policía dijo que había arrestado a 334 personas en Londres y a un centenar en Birmingham. La violencia también estalló en Bristol, en el suroeste, y el puerto noroccidental de Liverpool.

Durante la noche, los bomberos dijeron que se habían quedado sin vehículos para apagar los fuegos y la policía informó de que había llamado a 1.700 agentes para ayudar a hacer frente a grupos de saqueadores que se movían con rapidez.

Cameron interrumpió sus vacaciones en Italia el lunes para volver a casa. Tenía previsto presidir una reunión del Cobra, el comité de crisis del Gobierno, para elaborar una estrategia que ayude a impedir más violencia y estudiar por qué surgieron los disturbios y se extendieron tan rápido, pillando por sorpresa a las autoridades.

Muchos de los manifestantes eran de zonas donde hay un elevado desempleo y algunos dijeron que se sentían apartados de la sociedad.

"Es muy triste ver esto, pero los chicos no tienen trabajo, no tienen futuro y los recortes lo han hecho peor. Estos chicos son de otra generación y no les importa", dijo el electricista de Hackney Anthony Burns, de 39 años. "Ya verás, esto es sólo el comienzo".

Las autoridades han calificado a los participantes de delincuentes y asegura que la violencia no tendrá efecto en los preparativos para los Juegos Olímpicos.

"Fue violencia y robos innecesarios y oportunistas, nada más y nada menos. Es completamente inaceptable", dijo el viceprimer ministro Nick Clegg.

Se trata del segundo brote de violencia en las calles de Londres en menos de un año. El pasado diciembre, protestas estudiantiles contra la subida de las tasas universitarias se volvieron violentas en el centro de la capital británica.

Cameron se verá a buen seguro presionado para hacer más por los distritos pobres de la capital. Hasta ahora ha resistido las peticiones para que reduzca el ritmo al que está recortando el déficit presupuestario para reducir el impacto sobre los servicios juveniles y otras instalaciones.

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