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EEUU pide una transición democrática inmediata en Yemen

SANÁ/RIAD (Reuters) - Estados Unidos instó a Yemen el lunes a avanzar hacia la democracia, mientras el presidente Ali Abdulah Saleh se recupera en Arabia Saudí de las heridas causadas por un ataque contra su palacio en Saná la semana pasada.

Si bien el gobernante interino insistió en que Saleh regresaría en los próximos días, diplomáticos y analistas creen que su estancia podría ser prolongada, ya que el influyente vecino Arabia Saudí está presionando al presidente para que entregue el poder y evite una implosión en Yemen.

"Pedimos una transición pacífica y ordenada", dijo la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, a periodistas. "Creemos que una transición inmediata será lo mejor para el bien del pueblo yemení", agregó.

Saleh, de 69 años, fue herido el viernes cuando un cohete alcanzó su palacio en Saná, matando a siete personas e hiriendo a funcionarios de alto rango y asesores. El presidente se está tratando en un hospital en Riad.

"(Saleh) está en Arabia Saudí recibiendo tratamiento médico. Hay un Gobierno civil que sigue presente en Yemen. Creemos que ahora es momento de comenzar una transición pacífica hacia un proceso democrático", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, en una rueda informativa.

Los partidos políticos están cada vez más presionados para hallar una salida a un conflicto que ha llevado a Yemen, en donde tiene base un ala de Al Qaeda y que está ubicado al lado del mayor exportador mundial de petróleo, Arabia Saudí, al borde de la guerra civil.

Una débil tregua regía en Saná después de dos semanas de enfrentamientos entre las fuerzas de Saleh y una poderosa federación tribal, que hasta el momento ha dejado más de 200 muertos y forzó a miles de personas a huir.

Pero hubo nuevos enfrentamientos en la conflictiva ciudad sureña de Taiz, donde Naciones Unidas dijo que está investigando reportes de que hasta 50 personas murieron la semana pasada.

La violencia también estalló en la provincia sureña de Abyan, donde hombres armados mataron a siete soldados e hirieron a otros 12 en enfrentamientos en Zinjibar, dijo un funcionario local y testigos.

Soldados del Ejército trataron de asaltar la ciudad de 20.000 habitantes. El mes pasado, decenas de hombres armados, al parecer de Al Qaeda, irrumpieron en Zinjibar, hostigando a las fuerzas de seguridad.

Una coalición opositora, que se unió a meses de protestas callejeras para poner fin a las tres décadas de mandato de Saleh, dijo que respaldaba como primer paso transferir el poder al vicepresidente Abu-Rabbu Mansour Hadi, quien ahora es el gobernante interino del caótico país.

Hadi fue citado por la agencia oficial Saba diciendo que la salud de Saleh está mejorando y que "regresaría a su tierra en los próximos días".

Sin embargo, un diplomático en la región dijo: "No creo que los saudíes o su pueblo lo quieran de regreso. No tiene apoyo regional".

MEDIACIÓN DEL GOLFO

En un comunicado conjunto, la canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés Nicolas Sarkozy y los primeros ministros de Gran Bretaña, España e Italia agradecieron a Arabia Saudí por recibir a Saleh para el tratamiento médico.

También reclamaron a todos los partidos que "encuentren una alternativa a la reconciliación sobre la base de la iniciativa del GCC (siglas en inglés de Consejo de Cooperación del Golfo)".

En un comunicado de su secretaría general, el GCC liderado por Arabia Saudí instó a los mayores partidos de la empobrecida nación a trabajar para terminar con la violencia y dijo que estaba listo para contribuir con alguna mediación.

Pero el futuro de Yemen permanece incierto en una nación vital por los lazos de transporte de petróleo y llena de complejas rivalidades políticas.

"La salida de Saleh a Arabia Saudí no es sólo cortesía de la familia saudí gobernante", dijo el analista político egipcio Nabil Abdel-Fattah. "La seguridad de Arabia Saudí y el Golfo está ligada a la seguridad en Yemen", agregó.

Los manifestantes jóvenes interpretaron la ausencia de Saleh como potencialmente permanente y continuaron celebrando en Saná, donde se han organizado protestas antigubernamentales desde enero.

En tanto, la falta de combustible en varias partes del país se agravó debido a que el principal oleoducto permanece cerrado y los problemas de financiamiento afectaron las importaciones.

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