Numerosos electores portugueses entrevistados por la AFP juzgaron "inevitable" la austeridad económica y estimaron que, gane quien gane las elecciones de este domingo, el futuro será "peor". La década perdida de la economía lusa marca las elecciones generales
"Me gusta mucho nuestro primer ministro, pero se me acabó la paciencia", explica Custodio Colaço, un jubilado de 65 años que vive en Almada, un suburbio obrero del sur de Lisboa.
"Las cosas tienen que cambiar. Al principio, nos va a resultar difícil, pero no tenemos otra opción", agrega, ajustándose la gorra para protegerse del sol, al salir del colegio electoral en un edificio de este barrio dormitorio.
La austeridad, inevitable para los portugueses
Al igual que Colaço, muchos electores interrogados por la AFP este domingo dijeron estar convencidos de que las medidas de austeridad son inevitables.
"Nuestras cosas no estaban bien y ahora me parece que van a empeorar, pero quiero sancionar al partido gobernante que nos puso en esta situación", explica Maria Margarida, de 57 años de edad.
Desesperanza
Según un sondeo publicado pocos días antes de las elecciones legislativas anticipadas de este domingo, más de las tres cuartas partes de los portugueses piensan que la situación del país dentro de un año será "idéntica" o "peor" que ahora.
"Tengo miedo", confiesa Maria da Conceiçao Miguel. "Mi jubilación es muy baja y tengo que pagar el alquiler", dice la anciana, apretando su bolso de mano bajo el brazo.
A su lado, Torval Faria, de 55 años de edad, estima que "las medidas de austeridad son inevitables".
Lejos de Almada, en el palacio Galveias, construido en el siglo XVII, transformado en biblioteca municipal y, este domingo, en colegio electoral, David, un profesor de informática de 44 años, "espera poca cosa de estas elecciones".
"El gobierno va a tener muy poco margen de maniobra", agrega. "Los próximos años van a ser difíciles. Probablemente la austeridad no sea la solución, pero ¿qué otra posibilidad tenemos?", pregunta.
En este barrio acomodado de Avenidas Novas, los electores hacen cola para votar.
Miedo a la derecha
"Voté al PS, pero tuve muchos problemas de conciencia", reconoce Alexandra, de 30 años de edad. "No estoy satisfecha con lo que hizo el gobierno, pero le tengo miedo a la derecha que quiere sacarle responsabilidades al Estado, privatizar la salud, la educación, la cultura", añade esta investigadora universitaria.
Los funcionarios
Joao, médico en el sector público, recuerda que él "ya está sufriendo las consecuencias de la austeridad, como todos los funcionarios".
"Espero que el próximo gobierno haga las cosas mejor que el actual. De todos modos, no se puede cambiar el acuerdo con el FMI (Fondo Monetario Internacional)", agrega este joven, vestido de bermuda y chancletas.
"Ya teníamos un plan de austeridad, pero con la llegada del FMI a Portugal, contra la voluntad del pueblo, va a ser peor", fustiga un hombre de un poco más de cincuenta años. "Los trabajadores van a pagar el pato", advierte