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Ouattara advierte de que los mercenarios de Gbagbo podrían poner en peligro la seguridad en África

El presidente electo de Costa de Marfil, Alassane Ouattara Imagen archivo

El presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, ha advertido este lunes de que los mercenarios extranjeros que lucharon junto a las fuerzas de su predecesor en el cargo, Laurent Gbagbo, podrían poner en peligro la seguridad en el África occidental.

Ouattara ha declarado en una entrevista con la cadena británica BBC que muchos combatientes leales a Gbagbo --entre ellos mercenarios liberianos-- huyeron a países vecinos en cuanto se dieron cuenta de que él iba a acabar sucediéndole.

Ouattara, que juró su cargo el sábado pasado, tras el fin del conflicto que enfrentó a los partidarios de ambos políticos a raíz de las elecciones presidenciales de finales del año pasado, ha asegurado que en su Gobierno habrá partidarios de Gbagbo.

El presidente marfileño cree que muchos fugitivos han vuelto a Liberia, desde donde supone que viajarán a Sierra Leona y luego a Guinea. "Así que tenemos que considerarlo como un problema regional y ofrecer una solución regional", ha subrayado.

Liberia y Sierra Leona sufrieron hace años unas largas guerras civiles, mientras que Guinea, donde el año pasado se celebraron por primera vez unas elecciones democráticas, atraviesa una situación delicada después de varios años de régimen militar.

Formación de Gobierno

Aunque Ouattara ha dicho que su Gobierno tendrá miembros de otros partidos distintos al suyo --incluido el de Gbagbo--, también ha insistido en que estará formado por las personas más adecuadas para los distintos cargos. "Lo que haré es pedir a los grandes partidos que me propongan nombres, y luego elegiré a los mejores para formar el Gobierno", ha explicado.

El nuevo jefe de Estado ha jurado su cargo seis meses después de ganar las elecciones, tras una violenta lucha de poder que llevó al país al borde de la guerra civil y que se originó porque Gbagbo no aceptó los resultados electorales avalados por la ONU y se negó a ceder el poder.

Los dos objetivos principales del nuevo presidente son, según ha detallado, formar un gobierno de unidad nacional y organizar un proceso de reconciliación en lo que ahora es un país dividido.

Ouattara ha reconocido que la creación de una comisión de la verdad y la reconciliación es más una idea que una realidad, pero ha señalado que ya ha pedido asesoramiento a varios países "que ya han pasado por este trauma", como Sudáfrica, Liberia y Sierra Leona.

Responsables de la violencia

En sus primeros días como jefe de Estado, también se ha comprometido a llevar ante la Justicia a los responsables de la violencia y solicitar para ello la ayuda al Tribunal Penal Internacional. Aunque algunos marfileños creen que al juzgar a Gbagbo se incrementarán las divisiones existentes, Ouattara ha insistido en que es necesario y en que buscar la justicia y trabajar por la reconciliación no serán dos objetivos incompatibles.

El ex líder de la oposición ha acusado a Gbagbo y a sus simpatizantes de haber cometido crímenes contra la Humanidad durante el conflicto postelectoral, pero ha afirmado que sus fuerzas también serán investigadas para determinar si, como se ha dicho, perpetraron matanzas en el oeste de Costa de Marfil. Según Ouattara, las denuncias se basarán en las investigaciones del fiscal general del Estado y del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Por otro lado, el nuevo dirigente ha reconocido la complicación que puede entrañar el intentar integrar en las Fuerzas Armadas a combatientes de distinta procedencia. "Tenemos que asegurarnos de que formamos un Ejército regular eligiendo a personas que puedan ser entrenadas, que puedan ser consideradas soldados, y las que no puedan quedarán excluidas. Tenemos que encontrar la manera de ofrecerles otro tipo de actividad", ha manifestado.

"Porque está claro que no podemos dejar a jóvenes como los que estaban de parte del señor Gbagbo o los que estaban en las Fuerzas Nuevas" --un grupo rebelde favorable a Ouattara-- "sin ninguna actividad", ha afirmado. Pero antes "tienen que detener la violencia, tienen que tener en cuenta que algunos de ellos no son aptos para ser soldados y, por lo tanto, tendrán que hacer otra cosa", ha añadido.

Apoyos recibidos

Las fuerzas de paz de la ONU desplegadas en Costa de Marfil tuvieron un papel muy importante en el conflicto: refrendaron la victoria electoral de Ouattara y, junto a las tropas francesas, bombardearon el armamento pesado de Gbagbo. El objetivo de estos ataques era proteger a los civiles, pero también facilitaron la detención del presidente saliente.

Sin embargo, Ouattara no cree que eso vaya a reforzar la idea de que llegó al poder gracias a una intervención neocolonialista y ha insistido en que un jefe de Estado elegido democráticamente no tiene que demostrar nada. Aun así, ha agradecido la ayuda de Francia y la ONU.

Por otra parte, el presidente marfileño ha dicho a la BBC que tiene un ambicioso programa económico, que usará fondos públicos para construir carreteras, colegios y hospitales, que se basará en las reformas económicas iniciadas en los años 90 y que se asegurará de que "una gran parte de los recursos de los presupuestos se destina al gasto social, y no al gasto militar".

Ouattara ha admitido que, aunque ya haya acabado la crisis política, Costa de Marfil sigue siendo frágil. Por ello, ha pedido a la ONU que mantenga a sus fuerzas en el país al menos hasta la celebración de las elecciones legislativas de este año.

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