MORGANZA, EEUU (Reuters) - Ingenieros del Ejército de Estados Unidos abrieron el sábado un desagüe clave que permitirá que la crecida del río Mississippi inunde miles de viviendas y hectáreas de cosechas, pero evitando así que alcance a Nueva Orleans y Baton Rouge, capital de Luisiana.
Poco después de las 2000 GMT, los ingenieros abrieron la primera de una serie de 125 compuertas del desagüe de Morganza, ubicado a 72 kilómetros al noroeste de Baton Rouge, enviando el caudal hacia los campos aledaños.
La medida, tomada por última vez en 1973, canalizaría el agua hacia casas, granjas, un refugio de vida silvestre y una pequeña refinería de petróleo en la cuenca del río Atchafalaya para evitar la inundación de las dos mayores ciudades del estado norteamericano.
Semanas de intensas lluvias y los deshielos tras un invierno boreal con inusuales nevadas provocaron que el río Mississippi creciera, inundando 3 millones de acres (1,21 millones de hectáreas) de tierras en Mississippi, Tennessee y Arkansas, lo que trajo a la memoria las históricas inundaciones de 1927 y 1937.
Podría llevar hasta tres semanas que la totalidad del agua avance a lo largo del sistema de diques y vertederos hacia el sur, hasta llegar al Golfo de México, dijo el general Michael Walsh, presidente de la Comisión del Río Mississippi.
"Esto está provocando una tremenda presión en todo el sistema a medida que tratamos de que este caudal de agua encuentre un espacio en los afluentes del Mississippi", dijo Walsh a los periodistas, desde un punto en el vertedero que el domingo estará bajo el agua.
Cerca de 7.770 kilómetros cuadrados de tierras podrían ser inundadas con hasta 6 metros de altura de agua durante varias semanas. Cuando el flujo alcance su máximo alrededor del 22 de mayo, el desagüe transportará unos 125.000 pies cúbicos por segundo, alrededor de un cuarto de su capacidad.
Cerca de 2.500 personas viven en el camino de vaciado del desagüe, y otras 22.500, junto con 11.000 edificios, serían afectadas por el remanso de inundaciones.
Si no se hubiera abierto el desagüe, Nueva Orleans habría corrido el riesgo de una inundación que, según modelos de computación, podría superar a la del huracán Katrina en 2005, cuando el 80 por ciento de la ciudad se inundó. Cerca de 1.500 personas murieron en el desastre.
Además de amenazar áreas densamente pobladas, la inundación del Mississippi inferior habría forzado los cierres de hasta ocho refinerías y al menos una planta de energía nuclear a lo largo del río.
Las refinerías constituyen cerca de un 12 por ciento de la capacidad de la nación para elaborar gasolina y otros combustibles. El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, dijo que había un plan coordinado con la Cruz Roja estadounidense para dar refugio a los evacuados.