
Fuerzas especiales del Ejército estadounidense aseguran que Osama Bin Laden quería volver a atentar a gran escala y reclutar a latinos y afroamericanos "oprimidos en EEUU".
La operación especial que llevó a la muerte de Bin Laden sigue con la investigación del material encautado en su escondite en Pakistán. Según funcionarios del Gobierno norteamericano que han tenido acceso a esa información, el terrorista calculaba cuántas muertes más serían necesarias para que Estados Unidos rediseñara sus relaciones con Oriente Próximo.
Los funcionarios que, según informa hoy El Mundo, informaron desde el anonimato a la agencia de noticias Associated Press, aseguraban que entre el material encautado se encontraba el diario manuscrito de Bin Laden y sus archivos informáticos. Estos documentos, aseguran los funcionarios, indican que la mano del terrorista está detras de todas las grandes amenazas recientes de Al Qaeda, incuídas las que el año pasado pusieron en alerta a embajadas y viajeros en Europa.
Las fuentes aseguran que el líder de Al Qaeda no se había quedado satisfecho con el efecto producido con el 11-S y tenía previsto atentar en trenes y ciudades más pequeñas. Además, querría incorporar a sus filas a no musulmanes "oprimidos en los Estados Unidos", concretamente a los afroamericanos y los latinos.
Para Bin Laden la ciudad norteamericana de Los Ángeles tenía que ser incluída como objetivo en sus planes . Este programa incluía atentar en fechas símbolicas como el 4 de julio (Día de la Independencia en Estados Unidos) o el décimo aniversario del 11-S.
En sus documentos, Bin Laden se preguntaría cuántas muertes más serían necesarias para conseguir cambiar la política que Washington mantiene hacia Oriente Medio. Según las citadas fuentes de la Administración de EEUU, el líder de Al Qaeda llegó a la conclusión de que tan sólo un atentados con víctimas y repercusión similares al del 11S sería suficiente para conseguir lograr su objetivo.
Los servicios de inteligencia estadounidenses continúan analizando los cinco ordenadores y 100 unidades USB confiscados. Al no disponer de teléfono ni acceso a Internet se cree que este era el método usado por Bin Laden para comunicarse.