TRÍPOLI (Reuters) - Los rebeldes libios informaron que tomaron el miércoles el control del aeropuerto de Misrata, tras intensos combates con las fuerzas leales a Muamar el Gadafi, mientras un llamamiento de Naciones Unidas a un alto el fuego fue rechazado.
Un corresponsal de la cadena de televisión qatarí Al Yazira, hablando desde Bengasi, citó a un portavoz del grupo insurgente diciendo que "los rebeldes habían tomado el control completo del aeropuerto". No hubo una confirmación independiente.
Los rebeldes están luchando para poner fin a 41 años de Gadafi en el poder, pero la guerra ha llegado a un punto muerto, con el líder libio controlando la capital, Trípoli, y casi todo el oeste del país, mientras los rebeldes dominan Bengasi y otras ciudades productoras de petróleo del este.
Misrata es la única gran ciudad que los rebeldes tienen en el oeste y durante ocho semanas las fuerzas de Gadafi la han sitiado, en una feroz batalla donde cientos de personas han muerto.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió el miércoles un "alto el fuego inmediato y verificable" en Libia, pero la lucha contra los rebeldes en el oeste del país echó por tierra esa posibilidad.
"No confiamos en Gadafi (...) Este no es el momento para un alto el fuego, ya que nunca se respeta", dijo por teléfono el portavoz rebelde Zintan Abdulrahman desde Zintan, en la región montañosa occidental.
"El bombardea civiles inmediatamente después de que su régimen habla de la voluntad de respetar un alto el fuego", sostuvo Abdulrahman, añadiendo que las fuerzas de Gadafi lanzaron el miércoles entre 20 y 25 misiles Grad a los rebeldes, matando a uno e hiriendo a otros tres.
El Gobierno de Gadafi ha hecho varias declaraciones de alto el fuego, pero ha continuado los ataques contra Misrata y otras zonas controladas por los rebeldes como las montañas del oeste, cerca de la frontera tunecina.
UNIÓN EUROPEA: GADAFI DEBE IRSE
Ban habló en Ginebra después de conversaciones con el primer ministro de Libia, Al-Baghdadi Ali al-Mahmoudi.
"El (Mahmoudi) llegó a sugerir que el Gobierno de Libia estaba dispuesto a realizar un inmediato alto el fuego, con un equipo de vigilancia establecido por Naciones Unidas y la Unión Africana", dijo Ban en una conferencia de prensa.
"Pero ante todo debe haber un fin a los combates en Misrata y en otros lugares. Entonces seremos capaces de proporcionar asistencia humanitaria y al mismo tiempo podremos continuar nuestro diálogo político", agregó Ban.
La Unión Europea dijo que planeaba abrir una oficina en Bengasi para ayudar al consejo de rebeldes de la ciudad en temas como salud, educación y seguridad fronteriza.
"Nosotros queremos dejar (...) claro que Gadafi debe irse del poder, debe poner fin a su régimen", dijo la jefa de política exterior de la UE, Catherine Ashton.
El Gobierno dice que los rebeldes son criminales armados y militantes de Al Qaeda y que la mayoría de los libios apoyan a Gadafi, quien ha estado en el poder desde 1969.
Libia también asegura que la intervención de la OTAN es un acto de agresión colonial de las potencias occidentales, empeñadas a su juicio en robar petróleo del país.
Gadafi no ha aparecido en público desde el 30 de abril, cuando un ataque aéreo de la OTAN en una casa en la capital mató a su hijo menor y a tres de sus nietos.
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