Cristina Fernández de Kirchner se ha consagrado hoy como la primera presidenta argentina elegida en las urnas, y sucederá a su marido al mando del país hasta 2011 bajo la promesa de mantener las políticas expansivas que han permitido recuperarse a la economía.
La senadora, una abogada de 54 años que reivindica los orígenes combativos del peronismo, festejó la victoria el domingo por la noche cuando los primeros datos oficiales ya le daban un 43 por ciento de los votos. "Hemos ganado ampliamente", fueron las primeras palabras de Fernández, esposa del actual presidente Néstor Kirchner, en su centro de campaña frente a cientos de seguidores y bajo una lluvia de papeles celestes y blancos.
El resultado confirmaba los pronósticos de las encuestas, y mostraban un resultado mejor al esperado de la centroizquierdista Elisa Carrió, quien en la madrugada de hoy ha reconocido el triunfo de la todavía primera dama. "Creemos que la tendencia confirma como presidente de la República Argentina a Cristina Kirchner y reconocemos y la felicitamos por su victoria", dijo en una rueda de prensa.
Según las últimas cifras oficiales, con un 56,70 por ciento de las mesas escrutadas, Fernández obtenía un 43,95 por ciento de los votos frente al 21,70 por ciento de Carrió. La victoria de Fernández permitirá a América Latina ser testigo de un inédito traspaso de poder entre esposos elegidos democráticamente.
Fernández prometió mantener las políticas que han llevado al país a un ciclo de arrollador crecimiento durante los cuatro años de gestión de Néstor Kirchner. En su primer discurso, la presidenta electa se mostró conciliadora y aseguró que "es necesario aún profundizar los cambios y, para ello, es necesario sumar a la mayor cantidad de argentinos y argentinas a esta tarea".
Pero la primera dama deberá enfrentarse a varios obstáculos en el inicio de su gestión, entre ellos la aceleración de la inflación que está castigando duramente los bolsillos de los argentinos, la falta de inversión en infraestructura, y casos de corrupción e índices altos de delincuencia.
La senadora -que durante la campaña recibió el apoyo del mandatario venezolano Hugo Chávez- fue una pieza clave de la administración de Kirchner y muchos argentinos creen que su victoria implica que el país seguirá siendo gobernado por la pareja hasta 2011 tal como ha ocurrido desde 2003.