SANÁ (Reuters) - La oposición de Yemen rechazó el lunes una iniciativa del golfo Pérsico que prevé la dimisión del presidente Ali Abdulá Saleh por considerar que parecía una oferta para tener inmunidad ante posibles procesos judiciales, mientras que el propio Saleh dio la bienvenida a la propuesta.
Los ministros de Exteriores de los países del golfo Pérsico reunidos en Riad el domingo dijeron públicamente por primera vez que el marco de su esfuerzo de mediación implicaba que Saleh dimitiera, aunque no dijeron cuándo se produciría esa renuncia.
Los ministros pidieron una reunión de las partes en el conflicto yemení en Arabia Saudí, pero no fijaron una fecha.
"¿Quién sería el bobo de ofrecer garantías a un régimen que mata a manifestantes pacíficos? Nuestra demanda principal es que Saleh se vaya primero", dijo el portavoz de la oposición Mohamed al Sabry, refiriéndose a las garantías de que Saleh y sus hijos no se enfrentarían al destino de los gobernantes en Túnez y Egipto.
Decenas de miles de personas llenaron las calles de Saná, Taiz, Hudaida, Ibb y la provincia suroriental de Hadramau para protestar contra el plan de Consejo de Cooperación del Golfo (GCC, por sus siglas en inglés) el lunes, dijeron testigos.
Fuentes diplomáticas dicen que Saleh ha dado largas durante semanas a los intentos de Estados Unidos de que acepte dimitir y ponga fin a las protestas que están paralizando el país desde principios de febrero, maniobrando para recibir garantías de que sus hijos y él no serán procesados.
Con más de 100 manifestantes muertos mientras las fuerzas de seguridad tratan de dispersar las marchas con gases lacrimógenos y munición real, los activistas han dicho que quieren que se emprendan acciones legales contra Saleh y sus hijos, que ocupan puestos claves en seguridad y política.
TRASPASO DE PODER
Un portavoz del general Ali Mohsen, un familiar de Saleh cuyas unidades están protegiendo a manifestantes en Saná, dijo el lunes que daba la bienvenida a los detalles del plan del GCC anunciado en Riad.
Poco después de que la oposición rechazara la iniciativa del Golfo, la oficina de Saleh emitió un comunicado diciendo que la aceptaba.
"La presidencia acoge los esfuerzos de nuestros hermanos en el Consejo de Cooperación del Golfo para resolver la actual crisis en Yemen", indicó el comunicado.
"(Saleh) no tiene reservas respecto a traspasar el poder de forma pacífica dentro del marco de la constitución", agregó, en un lenguaje que Saleh ha usado antes para alegar que debería supervisar una transición que implique nuevas elecciones.
Considerado durante mucho tiempo por Occidente como un aliado vital contra los extremistas de Al Qaeda, Saleh ha advertido de una guerra civil y la fragmentación de Yemen si es obligado a dejar el poder antes de organizar elecciones parlamentarias y presidenciales el próximo año.
Saleh había pedido la mediación saudí durante semanas, pero fuentes diplomáticas del Golfo han dicho que a Riad le motivó al final la preocupación por el deterioro de la seguridad en su vecino del sur después de que Saleh no actuara en un acuerdo interno alcanzado con responsables estadounidenses sobre una rápida salida.
Arabia Saudí, el mayor exportador de petróleo del mundo, es el principal financiero del Gobierno yemení así como de muchas tribus yemeníes en su frontera.
Los países de la región se convencieron de que Saleh era un obstáculo para la estabilidad de un país que domina una ruta de navegación por la que pasan diariamente 3 millones de barriles de petróleo.