TOKIO (Reuters) - Los operadores de la planta de Fukushima, afectada por el terremoto en Japón, dijeron que el jueves (aún miércoles en España) volverán a usar helicópteros militares para lanzar agua en los reactores más afectados, tras abandonar el primer intento ante el aumento de los niveles de radiación.
Mientras las autoridades luchaban por contener la crisis nuclear con una variedad de opciones, expertos en salud dijeron que el pánico por las fugas de radiación en la planta Daiichi podría desplazar amenazas potencialmente más peligrosas para los supervivientes del terremoto y el tsunami del viernes, como el frío o el acceso a agua potable.
Yukiya Amano, el jefe del organismo supervisor nuclear de la ONU, en tanto, dijo que si bien no es preciso decir que las cosas están "fuera de control" en Japón, la situación es "muy grave", al haber daño esencial en tres unidades de la planta.
El principal regulador nuclear de Estados Unidos señaló al Congreso que los niveles de radiación en la planta nuclear japonesa afectada podrían dar dosis letales de radiación a los trabajadores de emergencia.
"Creemos que alrededor del sitio del reactor hay altos niveles de radiación", señaló Gregory Jaczko, director de la Comisión Reguladora Nuclear.
"Será difícil para los trabajadores de emergencia acercarse a los reactores. Las dosis que podrían experimentar serían potencialmente dosis letales en un período muy corto de tiempo", agregó.
El Gobierno japonés dijo que los niveles de radiación a las puertas de la planta eran estables pero, en una señal de estar sobrepasado, pidió a compañías privadas que ayudaran a distribuir suministros a decenas de miles de personas evacuadas de las zonas circundantes al complejo.
Máquinas excavadoras intentaban despejar el camino hacia el reactor, situado a 240 kilómetros de Tokio, para que los camiones de bomberos pudieran acceder e intentaran enfriar la instalación usando mangueras.
"La gente no estaría en peligro inmediato si saliera con estos niveles. Quiero que la gente entienda esto", dijo el jefe de gabinete Yukio Edano en una rueda de prensa televisada, refiriéndose a los que viven fuera de una zona de exclusión de 30 kilómetros.
-- Daños causados por seísmo: Japón http://link.reuters.com/byv58r
--Gráfico reactores afectados: http://link.reuters.com/fyv58r
--Escala de Evento Nuclear: http://link.reuters.com/typ58r
Los altos niveles de radiación impidieron que un helicóptero volara hasta la zona para lanzar agua sobre el reactor número 3 - cuya cubierta fue dañada por una explosión y de donde se vio salir vapor a primera hora - para intentar enfriar sus barras de combustible.
Los ejecutivos de Tokyo Electric Power Co. dijeron poco después de la medianoche (1500 GMT) que pedirían al Ejército que haga un segundo intento el jueves más tarde.
El operador de la planta describió el reactor número 3 -el único en Daiichi que utiliza plutonio en su mezcla de combustibles- como la "prioridad". El plutonio, una vez absorbido en el flujo sanguíneo, puede persistir durante años en la médula ósea o el hígado y causar cáncer.
La situación en el reactor número 4, donde se declaró el fuego, "no era buena", añadió el operador de la planta, mientras se echaba agua a los reactores número 5 y 6, lo que indicaba que toda la instalación de seis reactores estaba ahora en peligro de sobrecalentamiento.
"Verter agua en las piscinas de los reactores número 3 y número 4 es una alta prioridad", declaró en una conferencia de prensa Hidehiko Nishiyama, responsable de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón.
El funcionario agregó que la piscina para barras de combustible usado del reactor 3 se estaba calentando, mientras que las del reactor 4 seguían siendo una preocupación.
"Podría ser un problema grave en unos días", señaló.
INTENTOS DESESPERADOS
Expertos nucleares dijeron que las soluciones propuestas para acabar con las fugas de radiación eran intentos desesperados por controlar lo que bien podría ser recordado como uno de los peores desastres industriales del mundo.
"Es una pesadilla a cámara lenta", dijo el doctor Thomas Neff, del Centro de Estudios Internacionales, que forma parte del Instituto de Tecnología Massachusetts.
El emperador japonés Akihito, en un poco habitual mensaje a su pueblo emitido por televisión, se declaró profundamente preocupado por la crisis nuclear del país, que definió como "de escala sin precedentes".
"Espero desde el fondo de mi corazón que la gente, mano a mano, se trate con misericordia y supere estos tiempos difíciles", dijo el emperador.
Las estimaciones de pérdidas para la producción japonesa por los daños a los edificios, producción y actividad del consumidor iban de los 10 a los 16 billones de yenes (aproximadamente entre 125.000 a 200.000 millones de dólares), hasta una vez y media más que los daños económicos del devastador terremoto de Kobe en 1995.
Los daños en la base manufacturera y las infraestructuras de Japón están amenazando también con una interrupción significativa de la cadena de suministros mundial, sobre todo en los sectores de tecnología y componentes de automóviles.
EVACUACIÓN DE CIUDADANOS
Decenas de vuelos a Japón han sido cancelados o desviados y los viajeros aéreos están evitando Tokio por miedo a la radiación. El jueves, la embajada estadounidense en la capital instó a los ciudadanos que vivan dentro de un radio de 80 kilómetros de la planta Daiichi a evacuar o permanecer en sus casas "a modo de precaución".
La advertencia no fue tan fuerte como la emitida más temprano por Francia y Australia, que instaron a sus ciudadanos a dejar Japón. Rusia anunció que planeaba evacuar las familias de diplomáticos el viernes.
En una demostración de las dudas sobre la energía nuclear que ha provocado la crisis en todo el mundo, China anunció que suspendía las aprobaciones para plantas previstas y que lanzaría una revisión de seguridad exhaustiva en las instalaciones.
China posee cerca de dos decenas de reactores en construcción y planea aumentar siete veces la generación de electricidad nuclear durante los próximos 10 años.
En Japón, la difícil situación de cientos de miles de personas que se han quedado sin hogar por el terremoto y el devastador tsunami posterior empeoró durante la noche ante las bajas temperaturas que llevaron nieve a algunas de las zonas más afectadas.
Los suministros de agua y combustible de calefacción son escasos en los centros de evacuación, donde muchos supervivientes esperan envueltos en mantas.
"Hoy hace frío, por eso muchas personas se han enfermado y tienen diarrea y otros síntomas", dijo Takanori Watanabe, un médico de la Cruz Roja en Otsuchi, una ciudad baja donde más de la mitad de sus 17.000 habitantes permanecen desaparecidos.
La Agencia Nacional de Policía confirmó 4.314 muertos en 12 prefecturas hasta la medianoche del miércoles, mientras que 8.606 personas siguen desaparecidas en seis prefecturas. Las cifras previsiblemente crecerán.
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