MANAMA (Reuters) - Bahréin declaró el martes la ley marcial, mientras su Gobierno luchaba por sofocar una revuelta por parte de la mayoría chií del archipiélago que llevó al despliegue de tropas de su vecino y aliado suní Arabia Saudí.
Una aparente calma reinaba al caer la noche en Bahréin, y un comunicado del Ministerio de Defensa sugirió que las acciones contra los manifestantes que han acampado durante semanas en la plaza de la Perla pueden ser rápida.
Las fuerzas podrían imponer toques de queda, dispersar a los que están reunidos y evacuar zonas, precisó.
El estado de emergencia de tres meses dará todo el poder a las fuerzas de seguridad de Bahréin, que están dominadas por la élite suní del país, lo que atizó las tensiones sectarias en una de las naciones políticamente más volátiles del golfo Pérsico.
Los disturbios dejaron tres muertos. Una fuente de un hospital dijo que dos hombres, un bahreiní y un bangladesí, fallecieron durante los enfrentamientos en una zona chií en Sitra, y que más de 200 personas resultaron heridas en varios incidentes.
La televisión estatal dijo que también un policía bahreiní había fallecido, negando las informaciones acerca de que un soldado saudí había muerto tiroteado.
Más del 60 por ciento de los bahreiníes son chiíes que se quejan de discriminación. Las peticiones de derrocar a la monarquía han alarmado a la minoría suní, que teme que el malestar beneficie a Irán, una potencia chií no árabe.
Estados Unidos, un estrecho aliado tanto de Bahréin como de Arabia Saudí, dijo que estaba preocupado por las informaciones del creciente sectarismo en el país, donde tiene su sede la Quinta Flota de la Marina estadounidense.
Washington envió al subsecretario de Estado Jeff Feltman a Bahréin para impulsar el diálogo con el fin de resolver la crisis.
En declaraciones en El Cairo, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, dijo que había pedido a su homólogo de Arabia Saudí que promoviera las conversaciones para resolver la situación.
Los medios de comunicación estatales de Bahréin han dicho que los activistas chiíes de la oposición, que se quejan de que el Estado ha estado nacionalizando a suníes extranjeros para equilibrar la proporción entre ambas ramas del islam, están apuntando justamente a gente de otros países.
La oposición dice que las fuerzas de seguridad están llenas de extranjeros nacionalizados dispuestos a usar la fuerza contra los manifestantes.
ANSIEDAD SAUDITA
El lunes, más de 1.000 soldados saudíes fueron desplegados en el reino en un largo convoy de vehículos blindados a petición de los gobernantes suníes de Bahréin. Los Emiratos Árabes Unidos han enviado a 500 policías y Qatar dijo que también mandaría efectivos policiales.
Miles de bahreiníes marcharon el martes frente a la embajada saudí en Manama para protestar contra la intervención.
"La gente está enfadada, queremos que esta ocupación acabe. No queremos que nadie ayude a Al Jalifa o a nosotros", dijo un manifestante que se identificó como Salman, en referencia a la familia real.
Los analistas consideran que el desplazamiento de tropas a Bahréin es una muestra del temor de Arabia Saudí a que posibles concesiones hechas por la monarquía del país puedan inspirar a su propia minoría chií.
Irán, situada al otro lado del Golfo, criticó la decisión de enviar tropas saudíes.
"La presencia de fuerzas extranjeras y la interferencia en los asuntos internos de Bahréin es inaceptable y complicará más el asunto", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Ramin Mehmanparast, en una rueda de prensa semanal en Teherán.
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