EL CAIRO (Reuters) - El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo el lunes que las negociaciones para resolver la crisis de Egipto están haciendo progresos, pero en El Cairo, el principal grupo islamista de la oposición advirtió de que podría abandonar el proceso si no se cumplen las demandas de los manifestantes.
Los comentarios de Obama parecían contradecir a las declaraciones de líderes de la oposición egipcia, que hablaron de pocos avances en las negociaciones en torno a demandas como la salida inmediata del presidente, Hosni Mubarak.
"Obviamente, Egipto tiene que negociar un camino y están haciendo progresos", dijo Obama a periodistas en Washington.
Los manifestantes acampados en la plaza Tahrir, en el corazón de El Cairo, han prometido quedarse hasta que se vaya Mubarak y esperan llevar su campaña de dos semanas a las calles con más manifestaciones masivas el martes y el viernes.
Muchos hombres jóvenes restaron importancia al diálogo político que se está celebrando.
EEUU ha instado a todas las partes a que den tiempo para una "transición ordenada" para alcanzar un nuevo orden político en Egipto, un aliado estratégico de Estados Unidos desde hace décadas.
Pero los manifestantes temen que cuando se vaya Mubarak, no le sustituya la democracia que quieren sino otro gobernante autoritario.
La oposición ha pedido que se reescriba la Constitución para permitir elecciones presidenciales libres y justas, un límite a las legislaturas presidenciales, la disolución del Parlamento, la liberación de detenidos políticos y que se levante la ley de emergencia.
"Estamos evaluando la situación. Vamos a considerar toda la cuestión del diálogo", dijo a Reuters Esam el-Eriam, de los Hermanos Musulmanes. "Reconsideraremos en función de los resultados. Algunas de nuestras demandas se han aceptado, pero no ha habido respuesta a nuestras demandas principales de que Mubarak se marche".
El posible ascenso al poder de los prohibidos Hermanos Musulmanes , ampliamente considerados como el grupo de oposición mejor organizado con diferencia, preocupa a los aliados occidentales de Egipto y a la vecina Israel, que tiene un tratado de paz con el país árabe.
"DIFERENCIAS SIGNIFICATIVAS"
El lunes, la Casa Blanca expresó su preocupación por la "retórica anti americana" del grupo, pero evitó decir que se opondría a que asumieran un papel en un futuro Gobierno.
"Tenemos diferencias significativas (con los Hermanos Musulmanes)", dijo a los periodistas el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs.
Mubarak, de 82 años y que rechaza las peticiones de que ponga fin a sus 30 años de gobierno antes de las elecciones de septiembre, ha intentando centrarse en recuperar el orden. Su Gobierno parece estar ganando tiempo.
Para tratar de conseguir que el tráfico empiece a movilizarse alrededor de la plaza Tahrir, el Ejército intentó el lunes a primera hora despejar la zona ocupada por los manifestantes. Estos salieron de sus tiendas y rodearon a los soldados que trataban de acorralarlos en un área reducida.
El papel que tome en las próximas semanas el poderoso Ejército egipcio se considera crucial para el futuro del país.
"El Ejército se está inquietando y también los manifestantes. El Ejército quiere reducirnos en un pequeño círculo en medio de la plaza para que el tráfico empiece a moverse de nuevo", dijo a Reuters por teléfono Mohamed Shalaby, un activista de 27 años.
Las protestas, a las que algunos activistas llaman "la Revolución del Nilo", podría haber costado unas 300 vidas hasta ahora, según naciones Unidas.
La presencia de los Hermanos Musulmanes en las negociaciones del fin de semana, después de que las fuerzas de seguridad de Mubarak reprimieran al grupo durante años, fue un paso significativo que hubiera parecido impensable antes de las protestas.
El Gobierno emitió el domingo un comunicado tras una primera ronda de negociaciones, señalando que había un acuerdo sobre redactar una hoja de ruta para las conversaciones, que reflejó pocas concesiones a muchas de las demandas de la oposición.
El comunicado indicaba que las reformas se aplicarían con Mubarak manteniéndose en el poder hasta septiembre. También ponía condiciones al levantamiento de la ley de emergencia, que según la oposición se ha utilizado para sofocar la disidencia y debería terminar de inmediato.
El nuevo gabinete de Mubarak prometió el lunes mantener los subsidios y atraer inversiones extranjeras en su primera reunión desde que comenzaron las protestas contra la pobreza, los altos precios y pidiendo el fin del gobierno de Mubarak.
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