JARTÚM (Reuters) - El vicepresidente de Sudán dijo el lunes que acepta la escisión del sur del país después de que los primeros resultados hayan mostrado que el 99 por ciento de sus votantes optó por la independencia en un referéndum, con la esperanza de acabar un amargo ciclo de guerra civil.
La consulta, celebrada el 9 de enero, culminó un acuerdo de paz entre el norte y el sur del país firmado en 2005, que trató de acabar con un conflicto en el que murieron dos millones de personas y desestabilizó gran parte del este de África. Se espera que el sur, que es una zona rica en recursos petroleros, celebre su independencia el 9 de julio.
"Anunciamos nuestro acuerdo y nuestra aceptación del resultado del referéndum anunciado ayer", dijo el vicepresidente Ali Osman Mohamed Taha a la prensa en la primera reacción del norte desde que se conocieron los resultados. "Deseamos buena suerte a nuestros hermanos en el sur y un futuro próspero en la organización de las cuestiones relativas al nuevo país".
Estas declaraciones acaban con la especulación de que elementos extremistas en el Gobierno de Jartúm retrasarían el reconocimiento del referéndum para tener una baza en las negociaciones sobre cómo dividir los activos y las deudas del país.
Taha negoció el acuerdo de 2005 con el líder rebelde del sur John Garang, que murió tres semanas después de asumir el cargo en el gobierno de coalición formado tras el pacto.
Ahora el sur está a la expectativa de que la comunidad internacional reconozca su independencia, que probablemente tendrá lugar una vez que se confirmen los resultados el próximo mes.
"Esperamos que este resultado sea confirmado por miembros de la comunidad internacional", el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, en una cumbre de la Unión Africana en Addis Abeba.
"No tenemos ningún interés en volver a la amargura y las divisiones del pasado. Deseamos la transformación democrática de Sudán. Hoy la urna ha triunfado sobre la bala".
Los observadores han urgido tanto al sur como al norte a que resuelvan las disputas pendientes, como la frontera y las riquezas petroleras que alberga, y el estatus de la región central de Abyei, que ambos reclaman.
Tanto Taha como Kiir dijeron el lunes que están preparados para negociar. "La resolución de todas las cuestiones pendientes es esencial para mantener la estabilidad y el progreso en Sudan y toda la región", dijo Kiir, ofreciendo garantías a los nómadas del norte de que podrán mantener sus derechos de pastoreo en el sur tras la secesión
La guerra civil se desató por diferencias debidas al petróleo, la religión, la ideología y las tribus.
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