
El terremoto diplomático mundial provocado por Julian Assange y su Wikileaks, con la publicación de 'cables' de la administración estadounidense, ha puesto de moda la figura del confidente justiciero. Internet es el canal adecuado para que se mueva con soltura esta nueva 'especie', máxime cuando tiene a su alcance nuevas herramientas como Localeaks, útil para denunciar los secretos más cercanos.
Es más que posible que el controvertido Julian Assange haya abierto la era de los 'leaks', filtraciones que gracias a Internet se difunden a la velocidad de la luz, y mientras que su Wikileaks se ocupa de airear secretos de calado mundial otros que vienen por detrás están construyendo la infraestructura necesaria para que también asuntos oscuros de nivel local puedan conocerse.
El ejemplo de lo que decimos es Localeaks, una incipiente plataforma surgida en EEUU que se presenta como el lugar donde "gente ayuda a gente a vivir en un mundo limpio y transparente".
Esta apuesta tiene mucho que ver con la eclosión de los llamados medios de prensa 'hiperlocales', pequeñas empresas periodísticas cuyo ámbito informativo se circunscribe a un reducido espacio geográfico.
A través de Localeaks es posible enviar archivos de manera anónima y segura, incluso con datos cifrados. El confidente tiene la posibilidad de precisar geográficamente a dónde quiere que llegue su envío. Así, elige estado y la empresa periodística a la que adjuntarlo de entre los 1400 diarios que hay registrado.
Obviamente, la importancia del tema filtrado debe ser valorada por los editores de cada medio.
En realidad, los 'leaks' vienen a ser la evolución del clásico chivatazo con el que se han iniciado muchas investigaciones periodísticas. Sin embargo, lo novedoso es el canal empleado para la filtración, el anonimato bajo el que actúa el confidente -que podría animar a más de uno a dar el paso de denunciar- y lo fácil que resulta hacerlo.
The City University of New York, asociada a la escuela de periodismo hiperlocal del New York Times, está detrás de Localleaks -a través de medialobby- y, según publica The Cutline, la misma cabecera neoyorquina estaría preparando un sistema anónimo y seguro para recibir directamente este tipo de filtraciones.