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Protestas en Francia contra la política de inmigración

PARÍS (Reuters) - Los sindicatos franceses protestaron el sábado contra la campaña de repatriación de los inmigrantes ilegales, lanzando una semana de acciones contra la política de seguridad y la reforma de las pensiones sobre las que el presidente Nicolas Sarkozy ha apostado su reputación política.

Los manifestantes que se opusieron a las nuevas medidas que incluyen la repatriación de gitanos a sus países de Europa del Este ondearon banderas francesas mientras portaban carteles y gritaban eslóganes que decían "Paremos la represión" y "No a las políticas inhumanas de Sarkozy".

Una columna de miles de personas encabezada por un gitano se dirigió bajo un soleado cielo hacia el ayuntamiento de París. Miles de personas más se manifestaron en Marsella, Lyon, Burdeos y otras cien ciudades más, en unas protestas que traspasaron las fronteras francesas con concentraciones en otros países europeos, entre ellas las celebradas en Madrid y Barcelona, en España.

Las medidas de Sarkozy han suscitado las críticas fuera de Francia también.

"Las manifestaciones de este fin de semana serán un primer indicador del estado de ánimo del país durante este turbulento regreso al trabajo de los políticos", dijo el diario izquierdista Liberation en una editorial.

Los críticos ven las expulsiones como parte de una intento de Sarkozy de recuperar su popularidad de cara a las elecciones de 2012 y desviar la atención de la dolorosa reforma de las pensiones y los recortes del gasto público.

Las manifestaciones del sábado también tenían como objetivo la revocación de la nacionalidad francesa a aquellos inmigrantes condenados por atacar a agentes de policía.

El presidente Sarkozy, que dice que las medidas de seguridad son necesarias para combatir el crimen, se enfrenta el martes a una gran prueba cuando los trabajadores celebren una huelga nacional y salgan a la calle por una reforma de las pensiones que él dice son esenciales para reducir el déficit presupuestario del país.

Sarkozy dijo el viernes que estaba determinado a mantener firme con las reformas, que entre otras cosas elevará la edad de jubilación de 60 a 62 años.

Los sindicatos dicen que se paralizará todo el país, desde los colegios hasta el transporte público o las telecomunicaciones. La Asamblea Nacional, la cámara baja del Parlamento, comenzará ese día a debatir la reforma de las pensiones.

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