PEKÍN (Reuters) - Grupos de rescate equipados con poco más que palas y azadones trataban de localizar el lunes a cientos de personas después de que un torrente de lodo cubriera una ciudad del noroeste de China, destruyendo casas, inundando calles y causando al menos 127 muertos.
Casi 1.300 personas desaparecieron después de que fuertes lluvias y deslaves crearan un torrente de lodo que arrasó al menos 300 viviendas y arrancó trozos de edificios residenciales en el condado de Zhouqu, ubicado en la Prefectura Autónoma Tibetana de Gannan, en la provincia de Gansu.
Los ingenieros trataban de destruir una barrera de lodo y rocas en un intento de drenar un lago que se ha ido formando más arriba en el curso del río Bailong, que arrasó una localidad de 40.000 habitantes. Ante el pronóstico de más lluvias para esta semana, podría ocurrir una nueva tragedia si esta presa natural cediera, desencadenando un nuevo flujo de lodo. Como medida de precaución se ha evacuado a miles de personas.
La embarrada carretera que llega a la ciudad, cerrada al paso de la mayoría de vehículos, estaba llena de personas que esperaban encontrar a sus familiares desaparecidos.
Casi 90 personas resultaron heridas, y otras 30 en estado crítico están ingresadas en el hospital, en cuidados intensivos.
Xie Yonggui, cuya hija estudiaba inglés en Zhouqu, recibió el domingo la llamada de un familiar que trabajaba cerca y le informó del desastre.
"No sé dónde está. Su teléfono no da señal desde los corrimientos de tierra", dijo el agricultor, que había salido el día antes de su pueblo en las montañas cercanas para buscarla.
Entre uno y dos centenares de personas estaban haciendo el difícil y potencialmente peligroso viaje para buscar a familiares, dijo un testigo.
La masa de barro y rocas sepultó al menos 300 casas de baja altura, según medios estatales, mientras las fotografías mostraron edificios de cementos de varios pisos derrumbados o con enormes agujeros.
En la localidad empezaban a faltar los suministros vitales.
"Los vehículos de comunicaciones llegaron ayer, así que podemos volver a llamar. Pero ahora mismo, estamos muy escasos de agua y comida, porque todas las carreteras están bloqueadas debido a los deslaves", dijo Cui Longbing, un habitante de la zona de 40 años que trabaja en la empresa de construcción Zhouqu Jinlong.
"Sólo hay una tienda de comestibles abierta. Mucha gente está llorando, y se pueden ver los cadáveres por las calles. Solo los hospitales y la sede de control de inundaciones tienen agua y electricidad ahora mismo. Necesitamos agua y comida", agregó.
El domingo por la noche, las autoridades de rescate en Zhouqu calcularon que necesitaban de manera urgente 500 generadores, 5.000 tiendas de campaña, 10.000 mantas, 60.000 artículos de ropa, 20.000 linternas y 50.000 velas, según el Servicio de Noticias de China.
El primer ministro, Wen Jiabao, visitó el domingo la localidad afectada por el desastre, donde pudo ver la destrucción, prometió la ayuda del Gobierno, consoló a los supervivientes, e instó a los servicios de rescate e ingenieros a trabajar tan duro como fuera posible para salvar vidas y prevenir una nueva tragedia.
China ha desplegado todos los recursos del poderoso Gobierno central para luchar contra una serie de desastres naturales en los últimos años - inundaciones, seísmos y aluviones - ganando de ese modo el apoyo popular tanto para el Ejército como para sus líderes.
Las lluvias torrenciales y las inundaciones han causado hasta ahora la muerte de 1.454 personas antes de este suceso, que sería el peor con diferencia. Otras 669 están desaparecidas, y 12 millones han tenido que dejar sus hogares, según informó el Ministerio de Asuntos Civiles en un comunicado.
Seis mil soldados, policías y bomberos trabajaron durante la noche para encontrar supervivientes en Zhouqu, aunque la solidificación del lodo - de más de un metro de profundidad en varias áreas - que devastó las áreas más afectadas reducía las posibilidades de encontrar a personas vivas bajo los escombros y complicaba las tareas de rescate.
Más de 1.240 personas han sido rescatadas de entre los escombros o desde la parte superior de edificios, donde buscaron refugio.
Los expertos han dicho que la avalancha, que arrastró barro y escombros durante cinco kilómetros, podría haber sido causada por terrenos más vulnerables a fuertes lluvias tras una sequía reciente y el terremoto de 2008 en Sichuán, que podría haber debilitado las montañas.
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