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Los emergentes llegan al G20 con economías boyantes y confianza

Los países emergentes van a la cumbre del G20 de Toronto con una confianza inédita en ellos mismos: lideran el crecimiento mundial y sus voces, decisivas en las negociaciones comerciales y ambientales, irrumpen en temas manejados por las grandes potencias, como el nuclear iraní.

Ese empuje se refleja en la celeridad con que China, India y Brasil (que junto a Rusia forman los denominados BRIC) han salido de la crisis, mientras los "ricos" siguen polemizando sobre estrategias para evitar una recaída en la recesión.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó al alza su proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial para este año, que será de un 4,2%, pero con diferencias notables: la Eurozona crecerá un 1%, Estados Unidos un 3%, Brasil 5,5%, India 8,8% y China 10%.

Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señaló este mes que los países exteriores a ese club de una treintena de naciones industrializadas concentrarán en 2030 un 57% del PIB mundial, frente al 40% en el año 2000.

"La economía global ha sufrido una transformación estructural en 20 años, ya que el centro de gravedad económico se ha desviado desde los países de la OCDE hacia las economías emergentes", destaca el estudio, titulado "Perspectivas sobre el desarrollo mundial 2010: riqueza cambiante".

Entre 1990 y 2008, el comercio mundial se multiplicó por cuatro, pero los intercambios "Sur-Sur" se decuplicaron.

China invierte masivamente en África, desplaza a Estados Unidos y Europa como principales socios comerciales de América Latina y ayuda en el rescate financiero de Grecia. El fabricante de automóviles indio Tata o la petrolera brasileña Petrobras son firmas globales.

Estamos asistiendo "al fin del monopolio que Europa y Estados Unidos ejercieron sobre el resto del mundo durante cinco siglos", constató el ex ministro socialista francés de Relaciones Exteriores Hubert Vedrine en el coloquio Dîners de l'Atlantique (Cenas del Atlántico), celebrado el martes pasado en París con participación del canciller brasileño Celso Amorim.

Los "mercados emergentes" se han transformado en "potencias emergentes", agregó Vedrine, que saca sus conclusiones: vivimos en un mundo en el cual "los europeos y los estadounidenses son eludibles".

Los BRIC distan de ser un grupo homogéneo. Brasil e India presionaron, al igual que Estados Unidos y Europa, para que China modificase su política cambiaria, basada en un yuan débil que exaspera a todos sus competidores comerciales.

Pero los BRIC se afirman cuando pueden como tercer polo de poder en todas las discusiones que buscan definir un nuevo tipo de gobernanza mundial.

'No' a los recortes

Rechazan, junto a Estados Unidos, los recortes presupuestarios de la Unión Europea (UE), por temor de que contraigan la demanda y hundan al mundo en una nueva recesión.

"Los BRIC y Estados Unidos consideran que es preciso retomar el crecimiento con inversiones, en tanto que Europa considera que tiene que tener un ajuste fiscal", dijo el viernes el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva.

Los emergentes resisten además a los gravámenes a los bancos preconizados por Europa y Estados Unidos, cuyas instituciones financieras cometieron desmanes que sumieron al mundo en su peor recesión en ocho décadas. "Si ellos quieren imponerlos para sus propios bancos, que los impongan. Nuestros bancos están bien dirigidos", dijo Amorim a la AFP al margen del coloquio de París.

En la cumbre del G20 de Pittsburgh (EEUU), en 2009, los emergentes habían logrado un acuerdo para obtener más poder de voto en el FMI y el Banco Mundial.

Ahora también empezaron a inmiscuirse en asuntos de seguridad internacional, manejados por las grandes potencias desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

El acuerdo firmado en mayo por Turquía y Brasil con Irán, para que este país aceptara canjear su combustible nuclear, no impidió que el Consejo de Seguridad aprobara nuevas sanciones contra la República Islámica.

Pero nadie dio por enterrada esa iniciativa y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo el sábado que Francia estaba "dispuesta a iniciar sin tardar negociaciones" con Irán sobre la base de esa iniciativa.

La gestión turco-brasileña despertó "sospechas y resistencias", pues las potencias pretenden mantener los temas de paz y seguridad como "un dominio reservado", afirmó Amorim en el coloquio de París.

Vedrine considera esa pretensión "irrealizable".

"¿Qué deben hacer los Occidentales? ¿Resistir a la irrupción de los emergentes? Eso es irrealizable", dijo el ex canciller francés, quien encara en cambio "una alianza (de los Occidentales) con los emergentes que nos plantean menos problemas, como Brasil", con economías abiertas y regímenes democráticos.

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