
Las dudas que genera la deuda soberana de los países periféricos de la eurozona benefician a Alemania, que se presenta como país refugio para los inversores. El desplome del euro también beneficia a los germanos.
La crisis fiscal por la que atraviesa la eurozona tiene un claro vencedor, Alemania.
El país germano se presenta como el refugio ideal para aquellos inversores que huyen de la incertidumbre que les ofrecen los países periféricos de la UE. Los mercados valoran positivamente el compromiso con la reducción del déficit del gobierno de Merkel y la solidez de su economía, según publica hoy el diario El País.
De este modo, Alemania aprovecha su credibilidad, que le genera un gran ahorro. Nunca en los últimos 20 años su deuda había pagado tipos de interés tan bajos: el 2,5% en el bono de 10 años, según recoge el periódico de Prisa. Con una deuda pública de 1,76 billones de euros, Alemania ahorra 3.500 millones anuales por cada punto que cae el coste de financiación de su deuda.
Por otra parte, los mínimos en los que se maneja actualmente el euro favorecen el superávit comercial alemán, cuyas exportaciones a países extracomunitarios se verían incrementadas.
En el corto plazo, Merkel pesca en el río revuelto de rumores e inseguridades de la eurozona.
El porqué alemán
El hecho de que la crisis pillara a Alemania habiendo flexibilizado su mercado laboral fue una suerte para el Ejecutivo de Merkel. Son más competitivos y ahorran más que sus vecinos.
De todas formas, también hay sombras en su economía: su deuda total es aún abultada, parte de su banca atraviesa problemas, el sistema de pensiones preocupa y si no hay una paulatina recuperación del resto de economías europeas sus exportaciones se resentirán en en un futuro.