WASHINGTON (Reuters) - El Gobierno de Estados Unidos anunció el martes restricciones al uso de armamento atómico por parte del país, pero envió un duro mensaje a los aislados estados de Irán y Corea del Norte, dando a entender que siguen siendo potenciales blancos.
En el comienzo de una ocupada semana en la agenda nuclear del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sus asesores dieron a conocer una revisión a la estrategia que frena el desarrollo estadounidense de nuevas armas atómicas y podría llevar a mayores reducciones en las reservas de armas.
El anuncio, que llama a reducir la dependencia estadounidense en las armas nucleares como poder de disuasión, podría ganar impulso antes de que Obama firme el jueves un tratado histórico de control de armas con Rusia en Praga y realice una cumbre de seguridad nuclear en Washington la próxima semana.
Sin embargo, la renovada estrategia de Obama probablemente generará críticas de parte de conservadores que dicen que su enfoque podría comprometer la seguridad nacional de Estados Unidos y decepcionar a liberales que querían que el presidente profundizara en el control de armas.
Bajo la modernizada política, Estados Unidos está renunciando por primera vez al uso de armas atómicas contra países sin arsenal nuclear, diferenciándose de la época de George W. Bush de represalias nucleares ante un potencial ataque químico o biológico.
Pero la nueva estrategia sólo sería aplicada a países en conformidad con el Tratado de no Proliferación Nuclear. Por lo tanto, Irán y Corea del Norte no estarían protegidos de un potencial ataque nuclear.
"Si hay un mensaje para Irán y Corea del Norte es éste... si ustedes no se atienen a las reglas, si van a ser proliferantes, entonces todas las opciones están sobre la mesa en términos de cómo manejarlos", dijo a periodistas el secretario de Defensa Robert Gates.
RIESGO DE ATAQUE
La Revisión de la Postura Nuclear (NPR, por su sigla en inglés), como fue dado a conocer el documento, establece que "la amenaza de una guerra nuclear mundial se ha vuelto remota, pero el riesgo de un ataque nuclear ha aumentado".
El Congreso pide una revisión a todos los Gobiernos, pero Obama estableció altas expectativas después de que prometió terminar con el "pensamiento de la Guerra Fría" y ganó el premio Nobel de la Paz, en parte debido a su visión de un mundo libre de armamento nuclear.
Buscando establecer un ejemplo, el Gobierno de Obama dijo que Estados Unidos consideraría el uso de armamento atómico sólo en "circunstancias extremas" y se comprometió a no desarrollar nuevas ojivas nucleares.
Sin embargo, advirtió que al reducir el rol del armamento atómico en la seguridad nacional, Estados Unidos fortalecería su arsenal convencional.
El Gobierno estadounidense también prometió buscar un mayor control de armas con Rusia más allá del nuevo pacto START que Obama y su homólogo ruso, Dmitry Medvedev, firmarán esta semana prometiendo una reducción de los arsenales nucleares a un tercio.
"Estados Unidos buscará diálogos bilaterales de alto nivel sobre estabilidad estratégica con Rusia y China, que apuntan a fomentar relaciones estratégicas más transparentes, estables y fuertes", expresó.
No obstante, dijo que la falta de transparencia que rodea a los programas nucleares de China genera dudas respecto a las futuras intenciones estratégicas del país.
"Los arsenales nucleares de China permanecen mucho menores que los arsenales de Rusia y Estados Unidos (...). Pero la falta de transparencia que rodea a estos programas nucleares -su ritmo y alcance, así como también la estrategia y doctrina que los guía- genera preguntas respecto a las futuras intenciones estratégicas de China", advirtió.
Ahora Obama se enfrenta al desafío de mantener la credibilidad por su esfuerzo de control de armas mientras evita alarmar a aliados que se encuentran bajo el paraguas de defensa de Estados Unidos o limitar el espacio de acción para lidiar con amenazas nucleares emergentes de Irán y Corea del Norte.
La nueva política es una prueba del esfuerzo de Obama para transformar el control de armas nucleares a nivel mundial en un sello de su política exterior. También es importante porque afectará a los presupuestos de defensa y al desarrollo y retirada de armas en los años venideros.