
Los franceses han acudido masivamente a las urnas para elegir a su próximo presidente. Finalmente pasarán a la segunda vuelta el conservador Nicolas Sarkozy y la socialista Ségolène Royal, que aspira a ser la primera mujer en alcanzar la jefatura del Estado. La participación ha sido la más alta del último medio siglo, de un 85%.
Se ha confirmado lo que anunciaban los sondeos: la victoria de Nicolás Sarkozy y el paso a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, prevista para el próximo 6 de mayo, junto con la candidata socialista Ségolène Royal.
Según las cifras del Ministerio del Interior francés el ganador sería el conservador Nicolás Sarkozy, con un 30,49% de los votos, seguido de la socialista Ségolène Royal, con el 25,03%. Quedan fuera de la siguiente ronda el candidato centrista François Bayrou, con un 18,35% y el ultraderechista Jean-Marie Le Pen, con un 11,20%.
Llamamiento al cambio
La campaña estuvo dominada por llamamientos al cambio tras 12 años de gobierno del conservador Jacques Chirac, después de los cuales una de las naciones más ricas y cultas del mundo está dividida y necesita reformas económicas, creación de empleo y una dosis de fe en sí misma.
"El pueblo francés sabe la importancia de esta votación, su seriedad, y comparten el sentimiento de que estamos viviendo un día muy importante", dijo Royal a los periodistas tras depositar su voto en la región que dirige, Poitou-Charentes.
Royal, de 53 años, ha prometido volver a unir al país y construir una Francia "más justa y fuerte", en la que todos los ciudadanos sean iguales. Sarkozy, de 52 años, ha prometido romper con el pasado, y luchar contra el crimen y la inmigración ilegal.
Participación récord
Finalmente se confirma que la tasa de participación de los votantes en Francia ha sido la más elevada en la historia de la V República -constituida en 1958 por Charles de Gaulle, cuyas primeras elecciones a dos vueltas, tal y como hoy se realizan en el país galo, se celebraron en el 62-, alcanzando el 85%, según datos de las agencias.
La gran afluencia de votantes se debe al buen tiempo y al incremento de registros antes de las elecciones, lo que reflejaba la amplia preocupación de que la apatía pudiera repetir otra conmoción como la de 2002, cuando el ultraderechista Jean-Marie Le Pen fue el segundo candidato más votado y disputó la presidencia a Chirac.
Un tercio de electores, indecisos
Las encuestas indicaban que hasta un tercio de los 44,5 millones de electores aún no estaba seguro sobre su voto, lo que da esperanzas al centrista François Bayrou y a Le Pen.
"Quiero que sea una segunda vuelta entre Sarkozy y Ségolène", dijo Laurence Rouquette, una comerciante de antigüedades de 40 años, mientras votaba en uno de los barrios más ricos de París.
"Habitualmente voto por los candidatos menores, pero esta vez voté por uno de los principales", agregó.
Sarkozy sonrió cuando acudió a votar junto a su mujer, Cecilia, en una aparición conjunta que pareció disipar las acusaciones de sus rivales de que su matrimonio estaba en peligro.
"Lo que es muy importante es que los franceses voten en grandes cantidades, en un gran momento para la democracia francesa", dijo.
La primera ronda de la votación comenzó el sábado en algunos territorios franceses de ultramar.