PUERTO PRINCIPE (Reuters) - El catastrófico seísmo que asoló a Haití habría dejado decenas de miles de muertos sepultados bajo los restos de escuelas, hospitales y casas, dijo el miércoles el presidente Rene Preval, mientras ciudadanos traumatizados recorrían las calles llenas de escombros.
Con réplicas que siguen sacudiendo la devastada capital, Puerto Príncipe, los residentes intentaban rescatar a personas sepultadas cavando con las manos desnudas.
Decenas de miles de haitianos recorrían las calles aturdidos y llorando en medio del caos, buscando ayuda de manera desesperada.
Un hombre joven gritó a periodistas en inglés: "Mucha gente está muriendo. Necesitamos ayuda internacional (...) No hay (servicios de) emergencia, no hay comida, no hay teléfonos, no hay agua, no hay nada".
Había cadáveres a la vista por toda la ciudad: bajo los escombros, tendidos junto a las calles, siendo cargados en camiones.
Preguntado por la cadena CNN sobre la cifra de fallecidos, Preval dijo "no lo sé", antes de agregar que "hasta ahora escuché 50.000 ... 30.000". Pero no dio a conocer la fuente de esas estimaciones.
La Cruz Roja de Haití, acostumbrada a lidiar con desastres en un país golpeado por la pobreza, las catástrofes naturales y la inestabilidad política, estaba sobrepasada.
Haití, la nación más pobre del hemisferio occidental, no está equipada para responder a un desastre de esta magnitud, carece del personal de emergencias necesario y de la maquinaria pesada para mover los escombros.
El cuartel general de Naciones Unidas, un edificio de cinco pisos, fue una de las construcciones derrumbadas por el terremoto de magnitud 7,0, que según el Servicio Geológico de Estados Unidos ha sido el más potente en Haití en más de un siglo.
Naciones Unidas dijo que han muerto al menos 16 miembros de su misión de paz de 9.000 hombres, entre ellos 11 soldados brasileños. Preval dijo que el jefe de la misión, Hedi Annabi, falleció, pero el organismo mundial no pudo confirmar la información.
El palacio presidencial estaba en ruinas, con sus cúpulas derrumbadas tras el colapso de las paredes. Preval y su esposa no estaban en él cuando ocurrió el terremoto.
Preval dijo que los daños en la capital Puerto Príncipe eran "inimaginables". El mandatario describió cómo había caminado sobre cadáveres y oído los gritos de personas atrapadas entre los escombros del Parlamento, donde el se encuentra atrapado el presidente del Senado.
"TANTA DEVASTACION"
"Es lo peor que he visto jamás. Es tanta devastación en un área concentrada. Va a tomar días, o semanas, excavar", dijo el director de servicios de desastres del Ejército de Salvación en Haití, Bod Poff, a CNN.
La frustración crece entre los haitianos, que se enfrentan a la posibilidad de pasar una segunda noche al aire libre sin agua ni comida, sostuvo Poff.
Cuando la oscuridad cayó sobre la ciudad, la mayoría de ella sin energía eléctrica, se oían himnos tradicionales cantados por la gente para intentar conservar la moral en alto.
Hombres solitarios con martillos golpeaban trozos de escombros en edificios derrumbados, intentando avanzar para buscar supervivientes.
Había cadáveres tirados en las aceras, envueltos cuidadosamente en sábanas blancas. Se podían escuchar gritos desde los escombros.
"Por favor, sáquenme de aquí, me estoy muriendo. Tengo dos niños conmigo", dijo una mujer a un periodista de Reuters desde los escombros de un jardín de infancia en la zona Canape-Vert de la capital.
El epicentro del seísmo estuvo a sólo 16 kilómetros de la capital y a relativamente poca profundidad, lo que aumentó la devastación para los cuatro millones de personas que viven en la ciudad y sus alrededores.
Muchos durmieron en las calles, mientras réplicas de hasta 5,9 de magnitud sacudieron la ciudad en la noche del martes y la madrugada del miércoles.
El portavoz de la Cruz Roja de Haití, Pericles Jean-Baptiste, dijo que la organización no tenía medicinas.
"Hay tanta gente que necesita ayuda (...) No tenemos equipamiento, no tenemos bolsas para los cuerpos", dijo el portavoz a Reuters.
Las comunicaciones normales estaban cortadas, las carreteras estaban bloqueadas por escombros y árboles, la energía eléctrica estaba interrumpida y el suministro de agua era escaso. Las únicas luces visibles en la ciudad provenían de señales de tráfico que funcionan con energía solar.
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