¡Que suenen las fanfarrias y se preparen los flashes!, el anunciado encuentro entre el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero y su homólogo estadounidense, Barack Obama, se materializará oficialmente en la Casa Blanca. Una cita que pone fín a las tiranteces entre Madrid y Moncloa desde que el mandatario español decidiese retirar las tropas de Irak, allá por 2004.
Mucho tiempo ha pasado desde aquel entonces y Obama respondió finalmente a las insistentes peticiones de Moncloa, eso sí, casi nueve meses después de alcanzar la presidencia norteamericana y después de invitar a mandatarios de medio mundo a visitarle. Eso sí, antes de tan magno evento, el mandatario español tendrá la ocasión de debatir con la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi y tercera en la línea de sucesión en la Casa Blanca.
La Moncloa no ha dudado en definir a Obama como "el Presidente que encarna el cambio tanto en política exterior como interior". Un nuevo estilo de política que "entronca con la tradición liberal norteamericana de raigambre hamiltoniana, frente al enfoque precedente, de estilo conservador y jacksoniano". Un cúmulo de elogios para un mandatario que, recordemos, supone cambio radica con respecto a la política de su predecesor, George Bush, pero que, de momento, no ha conseguido materializar ninguno de sus grandes proyectos, como la reforma sanitaria o la financiera.
El encuentro entre Zapatero y Obama contará con una retahíla de temas comunes que, pese a las buenas intenciones, carecerá de resultados precisos y efectivos. En lo alto de la lista se sitúa Afganistán, una espina que podría tensar la amistad entre ambos presidentes. La administración Obama sopesa el envío de más tropas a la zona mientras el Ejecutivo de Zapatero ya ha dejado claro que no aumentará el número de efectivos españoles, especialmente tras el número de muertes de soldados españoles registradas en la zona.
Los coletazos de la crisis económica
Por otro lado, ambos líderes intentarán poner tiritas a los coletazos de la crisis económica, en un momento en que España todavía no se ha asegurado su ingreso en el Grupo de los 20, donde ha acudido en sus tres últimas ediciones en calidad de invitado. Quizás Zapatero aproveche el encuentro con su idolatrado Obama para cerrar filas a este respecto. De momento, desde Moncloa se asegura que se debatirá sobre "la implementación de lo decidido en Pittsburgh y la preparación para las siguientes citas".
No todo será cortesía y buen humor. El presidente español aprovechará la ocasión para informar al estadounidense que no tiene intención de acoger más de tres prisioneros de Guantánamo en territorio español, una vez que la cárcel cubana eche el cierre definitivo. Además, los rumores apuntan que varios grupos pro vida esperarán a la puerta de la Casa Blanca para demostrar su disconformidad con la Ley del Aborto española.
Por otro lado, Zapatero y Obama compartirán su tema favorito: el cambio climático. Un capítulo en el que el español aprovechará para sacar pecho por los logros de las empresas españolas en el desarrollo de energías renovables. España defiende un acuerdo que fije objetivos cuantificables a medio plazo y un paquete de financiación ambicioso pero equitativo para todos los países. Eso sí, parece una falacia el hablar de cambio climático cuando la ausencia del afroamericano en la próxima Cumbre de Copenhage está más que cantada.
No hay que olvidar el conflicto israelí-palestino. Zapatero comenzará el miércoles su particular tourné por Oriente Próximo y que mejor que contar con los consejos del recién nombrado Premio Nobel de la Paz para recibir consejos al respecto.