SOCHI, Rusia (Reuters) - La canciller alemana, Angela Merkel, apoyó el viernes una serie de inversiones rusas en los sectores automovilístico y de construcción naval para ayudar a las compañías europeas a combatir la crisis económica.
Tras un encuentro con el presidente ruso, Dmitry Medvedev, en su residencia vacacional del mar Negro, Merkel dijo que Alemania tiene una "fuerte preferencia" por la oferta de la canadiense Magna con apoyo ruso para hacerse con el control de la unidad europea de GM, Opel.
Además, condenó los últimos asesinatos en la región rusa de Chechenia.
La reunión estuvo centrada básicamente en la economía, con inversiones conjuntas como en el quinto mayor constructor naval de Alemania, Wadan, y en el fabricante de procesadores Infineon.
"Todos (estos) proyectos, que han surgido de unas condiciones económicas en cierto modo difíciles, en medio de la crisis, están abriendo oportunidades para una cooperación más intensiva en el futuro en la que todos ganen", declaró Merkel en una ruedad de prensa conjunta con Medvedev en la localidad turística de Sochi.
Alemania, la mayor economía de Europa, es el mayor socio comercial de Rusia, pero el comercio bilateral se ha hundido en los primeros cinco meses del año frente al récord anual de ingresos de 67.200 millones de dólares en 2008.
La economía rusa, que experimentó un 'boom' durante una década, se ha visto muy castigada por la recesión. Sus compañías están deseosas de poner un pie en los mercados de la Unión Europea, donde según el Kremlin se han encontrado con restricciones a sus inversiones.
La oferta de Magna y su socio, el banco estatal Sberbank, por Opel es la opción favorita de muchos en Berlín, ante el temor por el futuro de los 25.000 empleos del fabricante de automóviles en Alemania, cuando el mes que viene hay elecciones generales.
ASESINATOS EN CHECHENIA
Merkel, que ha planteado regularmente el asunto de los derechos humanos ante el Kremlin, condenó el asesinato de la responsable de la organización de caridad infantil Zarema Sadulayeva y de su marido en Chechenia a principios de esta semana.
"Sé que los derechos humanos son una cuestión muy próxima al corazón del presidente ruso", manifestó. "Pero es obvio que también es importante hacer todo lo que sea posible para hacer responsables de estos crímenes horrorosos, que una y otra vez matan a representantes de organizaciones no gubernamentales".
Medvedev dijo que los asesinatos pretenden minar la estabilidad de la zona, y pidió abruptamente al líder checheno Ramzan Kadyrov que encuentre y castigue a los responsables.
Kadyrov fue designado presidente de la región por Moscú para frenar a los separatistas, pero los activistas de derechos humanos dicen que desacata la legislación federal y es responsable de buena parte de la violencia en la provincia.
El destacado grupo de derechos humanos Memorial acusó a Kadyrov de organizar el asesinato de su activista Natalia Estemirova en Grozni el año pasado, en medio de un incremento de los ataques en la región.
La violencia entre los islamistas y las fuerzas del orden se ha incrementado en las vecinas regiones de Daguestán e Ingusetia, en el Cáucaso norte. El presidente ingusetio, Yunus-Bek Yevkurov, resultó gravemente herido en junio en un atentado con bomba.