KABUL (Reuters) - El nuevo jefe de la OTAN pidió el viernes refuerzos en Afganistán, y la alianza anunció la muerte de ocho soldados estadounidenses y británicos en un momento en que se recrudece la violencia en la fase más letal de la guerra, que dura ya ocho años.
"Honestamente hablando, creo que necesitamos más soldados", dijo Anders Fogh Rasmussen, quien asumió su cargo en la alianza transatlántica este mes, durante su primera visita a Kabul.
Actualmente hay más de 100.000 soldados extranjeros en Afganistán, incluidos 62.000 estadounidenses, casi el doble que había a principios de año ya que el presidente Barack Obama ha enviado a miles de soldados dentro de su plan para ganar la guerra.
Cuatro soldados estadounidenses murieron por la explosión de una bomba junto a un camino en una zona del oeste el jueves, y otro falleció por fuego enemigo en el este del país el viernes.
Tres soldados británicos, de la División de Paracaidistas, murieron el jueves cuando fueron emboscados con una bomba junto a un camino y con disparos en Helmand, la provincia sureña donde fuerzas aliadas lanzaron la mayor operación militar de la guerra el mes pasado.
Las muertes llevaron la cifra de fallecidos durante la primera semana de agosto a 19 soldados occidentales, una cifra que va camino de igualar la del mes pasado, el más letal de la guerra con 76 víctimas fatales internacionales.
Desde principios de marzo, han muerto más soldados occidentales en Afganistán que entre 2001 y 2004.
Los ataques, en su peor momento desde que los talibanes fueron derrocados en 2001, se han intensificado antes de las elecciones presidenciales del 20 de agosto, que los extremistas han prometido sabotear.
La violencia también aumentó desde que miles de marines estadounidenses lanzaron una operación para recuperar el control de áreas en poder de los talibanes en Helmand antes de la votación.