El club se queda pequeño. El G-8 ya no sirve para dar respuestas válidas a los retos globales. La crisis financiera internacional o la lucha contra el cambio climático exigen la participación de los países emergentes y en vías de desarrollo. Cuando menos, ésa es la apuesta de la canciller alemana, AngelaMerkel, y, también, la petición que piensa realizar en el marco de la cumbreque la semana que viene reunirá a los siete países más industrializados y Rusia en la ciudad italiana de L?Aquila.
Para Merkel, el G-20 es el formato más adecuado para abordar cuestiones clave para el futuro del Planeta, como el cambio climático. Según la cancilller alemana, de poco servirán los compromisos que sean capaces de asumir por su cuenta laUnión Europea o EEUU "si no se incluyen países como China o la India".
Además, la canciller espera que la cumbre del G-8 se cierre con compromisos concretos en materia medioambiental. El documento debería recoger la "firme voluntad" de los países ricos de dar los pasos necesarios para limitar el calentamiento global a un máximo de dos grados centígrados hasta 2050.
También la regulación de los mercados financieros ocupará un lugar destacado en la agenda del encuentro. Merkel espera progresos en la coordinación de los mecanismos de supervisión a nivel mundial. Y, sobre todo, una apuesta por un desarrollo económico sostenible.
Según Merkel, "hay que poner las bases para que una crisis como la actual no vuelva a repetirse". Por ejemplo, con medidas concretas para limitar el déficit público, algo que, según la canciller, hasta el momento sólo ha realizado su Gobierno.
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"El G20 es el futuro"