
Los cadáveres de 16 de los pasajeros del Airbus 330-200 que cayó al océano Atlántico el pasado 1 de junio con 228 personas a bordo no presentan quemaduras, un dato que descartaría la posibilidad de que el avión de Air France hubiese explotado, según ha informado el equipo forense brasileño encargado de hacer las autopsias.
Además, la mayoría de los cadáveres estaban desnudos debido a que la fuerza del viento habría arrancado su ropa. Según la cadena Globonews TV y el periódico 'Estado de Sao Paulo', estas revelaciones refuerzan la hipótesis de que el avión se pudo desintegrar en el aire antes de caer al mar.
Este viernes continúa la búsqueda de cadáveres y de los restos del avión en una jornada en la que las condiciones climáticas son más favorables que en días anteriores. Hasta ahora se han hallado 44 cuerpos, según el comunicado emitido el jueves por la Marina y la Fuerza Aérea de Brasil, que coordinan las operaciones.
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