WASHINGTON (Reuters) - El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, escuchará el jueves una petición directa de que incremente la presión sobre Israel para que congele sus asentamientos cuando se reúna con el presidente palestino, Mahmud Abas, dentro del intento de Washington por relanzar el proceso de paz.
Sumergiéndose en la diplomacia de Oriente Próximo desde el inicio de su presidencia, Obama hablará con Abas 10 días después de recibir al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la Casa Blanca, donde siguieron sin ponerse de acuerdo sobre la expansión de las colonias judías.
Abas expondrá sus argumentos para que Estados Unidos adopte una estrategia más dura hacia Netanyahu, que no sólo ha desairado los llamamientos de Obama a favor de una moratoria en la construcción de asentamientos en la ocupada Cisjordania, sino que también se ha negado a respaldar un eventual estado palestino.
Sin embargo, sigue sin estar claro hasta qué punto Obama quiere presionar a Israel, un estrecho aliado de Estados Unidos, para que haga concesiones cuando su Administración no ha completado aún su estrategia para la región.
Obama, que ha reafirmado el respaldo estadounidense a una solución de dos estados, considera la implicación en el proceso de paz entre israelíes y palestinos crucial para reparar la imagen de América en el mundo musulmán y atraer a los estados árabes moderado a un frente contra Irán.
En las conversaciones del jueves, el objetivo de Obama será reforzar a Abas, un moderado respaldado por Occidente pero políticamente débil, ya que sus rivales islamistas de Hamás controlan la Franja de Gaza.
En la víspera de la visita de Abas, Netanyahu dijo en Jerusalén que los palestinos también deben ser presionados para que cumplan sus compromisos, incluyendo la represión de los extremistas, incluidos en una "hoja de ruta" para la paz en 2003 que cada parte ha acusado a la otra de ignorar.