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Greg Stemm, CEO de Odyssey: "Siempre hemos mantenido una excelente relación con el ejecutivo de España"

Gregg Stemm, consejero delegado de Odysset Marine Explorations (OME), no se considera un pirata aunque muchos le traten como tal. Dos de sus más codiciados descubrimientos, el Sussex y el Cisne Negro, (presuntamente el galeón español, Nuestra Señora de las Mercedes), han levantado ampollas en el gobierno español que participa una demanda en un juzgado de Tampa, Florida, reclamando la propiedad del presunto del Cisne Negro.

A la espera de una resolución judicial, desde OME aseguran que existe una mano negra que intenta tirar por tierra cualquier logro de la compañía. Algunas señales apuntan a Jim Goold, el abogado que representa al gobierno español y que, curiosamente, es presidente de RPM Nautical Foundation, una compañía que también se dedica a buscar barcos en las profundidades marinas y que colaboró muy de cerca con la Junta de Andalucía.

Posiblemente, según indican fuentes cercanas a las negociaciones, también se podría haber llevado a cabo una trama de compra de operaciones a corto por lo que tanto a Goold como a sus colaboradores les interesa que los títulos de Odyssey se mantengan a precios muy bajos. De hecho, por eso es conveniente mantener la publicidad negativa contra el Odyssey y su equipo. Cabe recordar que Odyssey cotiza en el Nasdaq y entre sus principales inversores existen importantes hedge funds.

¿Usted se considera un cazatesoros?

No, en absoluto. Los cazatesoros no prestan atención a la arqueología. Nosotros hemos creado un mecanismo para salvaguardar cualquier tipo de herencia cultural, conservarla y no hacer que los contribuyentes tengan que pagar por ello. Dado el estado de la economía actual creo que es muy importante encontrar formas para financiar estas actividades sin utilizar el dinero de los ciudadanos.

Sin embargo, Odyssey es una compañía pública que debe rendir cuentas a sus inversores, ¿no condiciona eso en cierta forma su negocio?

Hay mucha gente que piensa que hacer negocio y conseguir beneficios con la arqueología no es posible. Sin embargo, en otros campos esto no se cuestiona. Los mejores avances médicos se producen gracias al desarrollo en compañías que cotizan en bolsa, por ejemplo. No entiendo por qué hacer negocio a través de la arqueología no está popularmente aceptado, ya que ocurre en muchos otros campos, especialmente los científicos.

En el caso del Sussex, ustedes colaboraron muy de cerca con el gobierno británico. ¿Por qué ahora el ejecutivo inglés les demanda por el descubrimiento del Laconia?

Siempre hemos trabajado muy de cerca con el gobierno británico. En el caso del Laconia, un barco relativamente moderno, ejercimos nuestro procedimiento genérico que es presentar un arresto in rem (según las leyes federales de EEUU). Desfortunadamente algunos miembros del gobierno español y británico creen que cuando hacemos esto es para evitar que cualquier otra parte demande la propiedad del barco, sin embargo, sucede exactamente lo contrario.

Lo que se pretende es que todas las partes que tengan interés en ese barco, incluído nosotros, presenten sus peticiones y el tribunal guarde custodia del barco y decida quién es su propietario. Con el Laconia hemos hecho lo mismo y aún esperamos la respuesta del gobierno inglés.

¿Cuál es su relación con el gobierno español?

Es sorprendente lo que muchos medios de comunicación y algunos miembros del gobierno español dicen sobre Odyssey porque siempre hemos mantenido una excelente relación con el ejecutivo de España. Cuando comenzamos a explorar en aguas españolas siempre permitimos la supervisión de los oficiales. Sin embargo, hay una parte del gobierno que no quiere que una compañía privada realice la actividad que supuestamente se debería hacer a través de determinadas agencias públicas.

Entonces ¿qué sucedió con el descubrimiento del Sussex en Gibraltar?

Este caso en concreto fue muy interesante porque cuando iniciamos nuestro trabajo en la zona contábamos con todos los permisos del ejecutivo central. Tras varios años de colaboración surgió una confrontación entre el gobierno de Andalucía, que exigía su derecho para trabajar en la zona, y el gobierno central, que negó dicha petición. Nosotros nos vimos envueltos en medio de esta reyerta. Cuando el gobierno español cambió de partido (el PSOE tomó el poder), se otorgó permiso al gobierno andaluz para trabajar en el área. Nosotros estuvimos de acuerdo con dicha decisión pero la prensa y otros sectores del gobierno malinformaron a los ciudadanos.

¿Cómo se solventaron las desavenencias del caso?

Todas las partes acordamos que el gobierno andaluz nombraría a un par de arqueólogos que trabajarían con nosotros en la zona. Esperamos a que eso ocurriera casi dos meses y cuando no fue así, el gobierno central nos autorizó a volver a la zona y trabajar con nuestros propios especialistas y los del gobierno británico. Sin embargo, cuando todo parecía comenzar a arreglarse encontramos el ?Cisne Negro? y toda la atención se centró en ese proyecto.

En el caso del ?Cisne Negro?, el gobierno español, el peruano y hasta herederos del presunto dueño del barco reclaman la propiedad del mismo ¿qué sucederá con el barco y su contenido?

Hemos participado en el descubrimiento de miles de barcos y precisamente sólo los que contienen grandes cantidades de dinero son los únicos que consiguen atraer la atención de los gobiernos, pese a que éstos aleguen que se trata de herencia cultural. Nuestra posición siempre ha sido reconocer a todo el mundo que presente una demanda legítima de propiedad.

En este caso, bien sea el gobierno de España, el de Perú o los herederos, si el tribunal prueba que se trata de ?Nuestra Señora de las Mercedes?, algo que todavía no se ha logrado, todo el mundo debería obtener un beneficio. A nosotros no nos importa de quién sea el barco, nosotros somos remunerados por nuestra labor arqueológica y de conservación, eso es lo que mucha gente no entiende. Creemos que todas las partes deben estar involucradas en la gestión de recuperación del barco.

¿Qué beneficio obtiene su compañía de todo esto?

Hace falta encontrar un modelo de negocio adecuado porque los gobiernos carecen del dinero suficiente para conservar por sí solos la herencia cultural sumergida en los oceanos. Según nuestro parecer, en los hallazgos se encuentran dos tipos de artilugios: los bienes de comercio, como las monedas o vajillas, que carecen de valor cultural. Por otro lado, hay otras cosas, como la estructura del barco en sí misma, que sí forman parte de la historia y aportan nueva información de la época. Nuestro modelo de negocio apuesta por la venta un porcentaje de los bienes de comercio para poder financiar la conservación de la verdadera herencia cultural.

Si se prueba que el Cisne Negro es Nuestra Señora de Las Mercedes, ustedes ya han acordado con los herederos del galeón repartir parte de los beneficios si el juez les declara propietarios. ¿Han alcanzado acuerdos similares con el gobierno de España?

Hemos hablado tanto con España como con Perú que si se prueba que es la Mercedes u otro barco español, el cincuenta por ciento del valor de los bienes de comercio, es decir monedas y otro tipo de tesoros, debe ir al gobierno y el resto para nosotros mientras que las piezas consideradas como herencia cultural deben permanecer juntas y nunca ser vendidas. Si el gobierno en cuestión piensa que las monedas son tan valiosas culturalmente estamos abiertos a ceder nuestra parte si se nos paga un porcentaje del valor de las mismas.

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