
Es duro ver cómo Wall Street continúa cayendo a la vez que el miedo se apodera de la avenida principal del distrito financiero. ¿Puede ser producto de la nueva política del presidente demócrata Barack Obama destinada a paliar la crisis actual?
La ilusión de que Obama puede reconducir la actual situación económica parece haber llegado a su final, tal y como asegura este viernes el diario estadounidense 'The Wall Street Journal'. Y es que, en lugar de combinar la mejor política de sus antecesores como la de Kennedy o la de Bill Clinton en busca de un presupuesto equilibrado, Barack Obama parece dispuesto a seguir los pasos de Carter y sus impuestos tan altos.
Los 3,6 billones de dólares propuestos por el presidente de EEUU en materia de presupuestos, redefinen el papel del Gobierno tanto en la sociedad como en la economía estadounidense. Ese presupuesto anunciado dobla la deuda pública obtenida hasta ahora, lo que se traduce en la mayor cifra obtenida por los presidentes anteriores -desde George Washington a George W. Bush-.
Reducción de gastos
En este sentido, es adecuado destacar que se ha reducido el gasto de defensa a un nivel que no se mantenía desde los días previos a la Segunda Guerra Mundial, lo que supone aumentar el resto de la partida presupuestaria destinada a la 'no defensa' hasta su nivel más alto en toda la historia de EEUU.
Y todo esto se produce antes de llevar a cabo la reforma inminente de la Seguridad Social estadounidense, así como los grandes costes del programa de asistencia médica para los ancianos.
Partidas presupuestarias "admirables"
Pero, para ser justos existen determinadas partidas presupuestarias anunciadas por Obama que son admirables y merecen el respeto de los ciudadanos, como el aumento de los medios en materia de agricultura, el pago de medicamentos, una tasa mínima de impuestos así como otras reducciones fiscales, la necesidad de más programas de rescate financiero y la reducción en el gasto que antes suponía la financiación de créditos suplementarios, tales como la guerra de Irak y Afganistán.
Sin embargo, existen una serie de problemas específicos que tienen mucho más peso que los 'positivos' citados con anterioridad. El primero de los pronósticos es bastante optimista a pesar de que se contempla la posibilidad de que un aumento de los impuestos dañará la economía.
Incremento de impuestos y mayor gasto
En este sentido, esta partida presupuestaria proyecta una recesión mucho más somera y una recuperación bastante más fuerte de lo que ha pronosticado la Oficina de Presupuesto del Congreso de EEUU al respecto.
Pero para lograr esta situación se requieren unos gastos adicionales mucho más amplios y un incremento de los impuestos, incluso mucho más allá de los niveles récord alcanzados. Un claro ejemplo de ello, es el llamamiento realizado para el pago de la atención sanitaria.
En este sentido, Obama ha asegurado que "valientemente" se ocupará de las proyecciones del déficit en salud y Seguridad Social. Aunque la reforma de estos programas es de vital importancia, el presidente ha mostrado poco interés en frenar el crecimiento real del gasto por beneficiario, y además ha rechazado el aumento de la edad de jubilación.