Recién llegado al poder, Raúl Castro prometió cambios en el gobierno cubano para eliminar la burocracia y facilitar el funcionamiento de la Adminsitración. A pesar de que lo ha hecho fuera del plazo estimado - diciembre de 2008- el hermano de Fidel comienza su andadura al frente de su propio ejecutivo.
Al menos eso es lo que hacen presagiar los recientes cambios en la estructura gubernamental de la isla, y que podrían satisfacer las ansias de los que consideraron las anteriores reformas- como ascender a vicepresidentes a ministros que seguían mantenido, hasta ahora, las mismas carteras y funciones- insuficientes.
Raúl Castro ha introducido modificaciones en once carteras, fusionado cuatro en dos y sustituido a algunas de las principales figuras de su gabinete, una de las medidas que más sorpresas han causado.
Los 'intocables'
Felipe Pérez Roque y Carlos Lage eran, en un principio, miembros insustituibles en el régimen castrista, manos derecha y piezas clave de apoyo a Fidel. De hecho, Lage, había sido considerado el número tres del gobierno tras Fidel y Raúl.
Pero Lage y Pérez no hansido los únicos. La decisión de renovar el ejecutviio implica la salida del Gobierno de siete ministros, incluido el vicepresidente Otto Rivero, encargado de la "Batalla de Ideas", como se denomina a la estrategia lanzada por el ex presidente Fidel Castro para recuperar "los valores de la revolución" tras el caso del balserito Elián González (1999-2000).
Sin embargo, este cambio podría no suponer, en la práctica, un alejamiento del régimen de Fidel, pues todos los rumores apuntan a que tanto Lage como Pérez seguirán ocupando altos cargos en el PC y el gobierno. ¿Se trata pues de un lavado de imagen o de un cambio en profundidad?