
Cuba ha rechazado el llamamiento de algunos países occidentales para liberar a los presos políticos que se oponen al sistema comunista de la isla y declaró al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas que ese tipo de demanda viola sus derechos soberanos.
La posición cubana fue fijada en un informe sobre un debate realizado la semana pasada dentro del mecanismo de Revisión Periódica Universal del Consejo sobre el registro de Derechos Humanos, y que fue ampliamente elogiado por países en vías de desarrollo.
Mercenarios y enemigos
Durante la revisión sobre la situación en Cuba, países como Austria, Reino Unido, Canadá, la República Checa, Italia, Israel, Países Bajos y Eslovaquia pidieron al Gobierno cubano que libere a los disidentes que permanecen encarcelados. Pero Cuba defiende que no tiene presos políticos y considera que los disidentes "mercenarios" están financiados por su enemigo Estados Unidos "para atentar contra el sistema socialista de la isla".
El Gobierno cubano explicó en una declaración que las recomendaciones no eran aceptables "ya que son incompatibles con el derecho del pueblo cubano a la autodeterminación y porque no se basan en la realidad", y consideró además que el llamamiento de Occidente, que incluye recomendaciones para asegurar la libertad de prensa y de expresión, refleja el apoyo "a la política de promover un cambio de régimen en Cuba, aplicado por sucesivas administraciones de Estados Unidos".
En otro comentario incluido en el informe del Consejo, Cuba reiteró sus acusaciones, y agregó, al respecto, que "ningún país puede aceptar ninguna recomendación diseñada por una superpotencia extranjera con el objetivo de destruir el orden constitucional legítimo elegido libremente por su pueblo", reza el informe.