La Coupe de France (Copa de Francia) es una competición propicia para las sorpresas. Su filosofía abierta y su formato democrático desembocan de manera habitual en la presencia de equipos modestos en las rondas finales. Pero lo ocurrido esta temporada supera todos los registros.
Esta semana se disputarán las semifinales del torneo, y los equipos que las integran no han dejado a nadie indiferente. Por un lado, el todopoderoso PSG, campeón de las tres últimas ediciones y prácticamente imbatible en un fútbol francés en el que nadie puede hacerle sombra. Y junto a él, su rival, el modesto Caen de Ligue 1 que luchará por dar la sorpresa y colarse en la que sería su primera final de la competición.
Pero los focos apuntan a la otra semifinal, la que juegan dos equipos absolutamente inesperados: Les Herbiers y Chambly. Los caprichos del bombo (y el sorteo puro que se respeta sin sesgos ni condicionantes en todas y cada una de las rondas) ha querido que dos auténticas cenicientas se enfrenten en busca de una plaza en la final de Saint Denis. Uno de ellos hará historia.
La historia de las 'cenicientas'
Ambos equipos juegan en la división National (tercera categoría del fútbol galo) y pelean incluso por no descender al siguiente escalón, compartiendo penurias económicas y peleas en el fútbol de barro más cercano al amateurismo que a la opulencia del fútbol profesional.
Ejercerá de local Les Herbiers Vendée, una modesta entidad casi centenaria que hasta 2015 no había jugado nunca en las tres primeras categorías del fútbol francés. Hasta tal punto llega su condición humilde que su Stade Massabielle, de capacidad para apenas 5.000 espectadores, será sustituido por el Stade de la Beaujoire, en la cercana localidad de Nantes, para la disputa del partido más importante de su historia.
Enfrente estará el FC Chambly, una entidad mucho más reciente (no llega a los 30 años de historia) que llegó en 2014 al tercer peldaño del balompié galo, y en el que casi todos los puestos de mando quedan en familia, ya que el entrenador (que antes fue jugador) sustituyó en el cargo a su propio hermano, cuando este ascendió a la presidencia para relevar al padre de ambos, que también jugó en el club hasta los 53 años. Un auténtico culebrón que da muestra de la filosofía familiar por la que se rige.
Las enormes diferencias económicas
Les Herbiers y Chambly se jugarán un puesto en la final copera, donde podría esperarles el PSG. Y echando un vistazo a las cuentas de estos equipos, se observa la magnitud de la hazaña. Los de Unai Emery, con las inyecciones económicas del jeque Al-Khelaifi, cuentan con un presupuesto de 540 millones de euros para la presente campaña (y ficharon a Neymar por 222). Los equipos de la otra semifinal presupuestaron poco más de 1,6 millones cada uno, casi 350 veces menos que el gran gigante de la Ligue 1.
Lo que ya han conseguido ambos es un extra de tranquilidad económica que les permitirá sobrevivir sin excesivos problemas durante alguna temporada. Sólo llegando a esta semifinal, cada equipo se ha desembolsado un premio económico de unos 838.000 euros (la mitad de su presupuesto), sin contar con los ingresos de taquilla y otros extra.
El que se clasifique además para la final cubrirá el presupuesto completo. Y si además consigue la victoria (con la clasificación para la UEFA Europa League que además conllevaría), los ingresos se dispararían, garantizando a largo plazo su supervivencia y aumentando todavía más una gesta que ya forma parte de las páginas más doradas del balompié galo.