
La Major League Soccer (MLS), principal competición futbolística de Norteamérica, vivió este sábado una de sus jornadas más históricas con el debut de toda una estrella del fútbol mundial, el delantero sueco Zlatan Ibrahimovic.
Ante la expectación internacional generada por el estreno del ex de Barcelona, PSG o Manchester United, la MLS puso en marcha toda su maquinaria con el fin de demostrar al 'planeta fútbol' su crecimiento, no sólo en los terrenos de juego, sino también en lo extradeportivo.
Son muchos los intentos que ha realizado esta competición por darse a conocer al mundo en las últimas dos décadas. Partiendo de un nivel deportivo inferior, y contando cada vez con más estrellas de renombre (en muchas ocasiones atraídas por suculentas ofertas económicas en el tramo final de sus carreras), desde Estados Unidos se ha querido aprovechar su experiencia y bagaje en otros aspectos que rodean al deporte para dar de manera definitiva el salto que se persigue.
Así, fijándose en el espejo de las otras grandes ligas profesionales del país (la NFL de fútbol americano, la NBA de baloncesto, la NHL de hockey sobre hielo o la MLB de beisbol), la MLS pretende hacerse fuerte en aspectos cercanos a la difusión de su deporte, con especial atención a la imagen y el marketing como formas de llegar a un público más numeroso e internacional.
Imágenes que no podrían verse en el fútbol europeo
En el derbi de Los Ángeles, todo estaba dispuesto para el gran espectáculo. Sólo unos días después de la confirmación de la llegada de Ibrahimovic, el astro sueco comenzaba en el banquillo. La tarde soleada de California ayudaba a generar un escenario idílico. Todos esperaban la aparición del jugador más mediático de la competición.
Mientras tanto, el recién creado Los Angeles FC (ya con miles de aficionados en las gradas y con una llamativa publicidad de YouTube en sus camisetas) se adelantaba 0-3 con dos tantos del mexicano Carlos Vela, protagonizando lo que parecía ser una de las mayores sorpresas de la competición. Pero faltaba por aparecer el gran deseado.
Zlatan saltó al campo con 1-3 y a los pocos minutos igualó el marcador con un espectacular gol desde 40 metros. Y entonces, la locura. Las cámaras de pie de campo se introdujeron en el césped para seguir en primer plano la celebración (algo impensable en el fútbol europeo). Comenzaron los primeros planos de la camiseta al viento y el torso hercúleo de Ibrahimovic quedando para la posteridad. Se oían los gritos de celebración de los futbolistas. El espectador podía vivirlo casi en primera persona.
Desde Estados Unidos se sabe conseguir ese efecto como en ninguna otra parte del globo. Son años de experiencia. El deporte como espectáculo para atraer el gran negocio. Desde los televisores, cualquier aficionado se pudo ver inmerso en un pedazo de historia del deporte norteamericano. Pero el éxito comunicativo no quedó ahí.
En las redes sociales también se pudo vivir la repercusión de la hazaña de Ibrahimovic. La propia MLS subió al instante las imágenes del gol a su cuenta de Twitter. A diferencia del fútbol europeo, que veta sus contenidos en favor de los propietarios de los derechos televisivos, aquí prima poner el show al alcance del hincha. Se trata de involucrar al máximo número de personas posible. Hacerlo todo accesible. Y al instante. Toda una revolución.
El deporte convertido en un guión de Hollywood
El show estaba servido, y ya con una legión de espectadores enganchados (ventajas de esa perseguida inmediatez), el guión se completó con otro gol de Ibrahimovic en el tiempo de descuento que daba la vuelta al marcador y la victoria a los Galaxy. Parecía una película de Hollywood. El 'timing' perfecto. Una escenografía cuidada y estudiada para que hoy la MLS sea más popular y seguida que ayer.
El fútbol estadounidense tendrá que seguir progresando, especialmente en lo que a nivel deportivo se refiere. La no clasificación de su selección para el Mundial de Rusia ha sido todo un toque de atención del que ya se ha comenzado a aprender. Pero mientras tanto, la MLS sigue avanzando en otros aspectos fuera del campo. Y en eso, el fútbol europeo debe tener cuidado. Porque en espectáculo y en comercialización, pocos ganan a los reyes del 'show business'. Y ahí, la batalla está ya más igualada de lo que muchos pueden pensar.