
Sergio Ramos y Marcelo Viera, ambos primer y segundo capitán del Real Madrid respectivamente, salieron ayer a dar la cara tras el empate a dos de los merengues en Valencia. No es la primera vez que a los dos les toca hablar ante los medios para capear un resultado negativo. Los tiempos revueltos por el Bernabéu les han forzado a ello. Ayer ambos coincidieron en lanzar un mensaje de respaldo a Rafa Benítez, pero lo hicieron con un doble sentido. Su 'afecto' por el entrenador se circunscribe a un mero mensaje de ánimo por ser el actual ocupante del banquillo. Ambos dicen que siempre estarán al lado de su técnico, sea el que sea, y, al contrario de lo que hizo Pepe hace una semana, dijeron entender la posibilidad de que el preparador sea despedido en los próximos días. Ayer, en Mestalla, los capitanes merengues volvieron a dejar sólo, a la deriva, a su entrenador, a Rafa Benítez.
El primero, preguntado por el posible crédito que tiene su entrenador, dejó claro que sí, pero con matices. "Sí, creo que sí [tiene crédito]. Pero no depende de nosotros y esté quien esté siempre tiene la confianza de sus jugadores", afirmó dejando la pelota del futuro de Benítez en el tejado de la directiva.
El curso pasado, sin embargo, el de Camas sí que se implicó de manera activa en el deseo de que Ancelotti continuase al frente del banquillo. Así, por ejemplo, tras pasar a semifinales de la Champions frente al Atlético de Madrid, Ramos dijo que le gustaban preparadores como el italiano porque "además de ser buena persona, es alguien con personalidad y huevos", alegó aquella noche.
Algo parecido sucedió con un Marcelo que ayer también protegió de manera tímida a su técnico. "Como capitán yo digo que estamos con el míster pero las decisiones no las tomamos los jugadores. Vamos a seguir dando la cara para seguir dando esta imagen. No sé. Esa pregunta hay que hacérsela al presidente", afirmó antes de dejar la puerta a que un relevo mejore el rendimiento del equipo.
"La verdad es que es difícil porque puede haber cambios y que sea para bien bien y se puede no cambiar y que vaya bien", comentó con una ambigüedad que no termina de ayudar a blindar la imagen de Benítez.