Leo Messi está de vuelta. El argentino ya se entrena con normalidad junto al resto de sus compañeros. Desde el Barça se ha tratado de ocultar al máximo esta cotidianidad por miedo a causar falsas esperanzas que se trunquen si el '10' recayese de sus problemas. Pese a ello, el optimismo en el Camp Nou es notable. Un golazo 'invisible' es uno de los motivos para mantener esta confianza.
'Invisible' aunque se vio. 'Invisible' porque no se difundieron imágenes. Pero existió. Lo han filtrado sus protagonistas.
Ese gol se produjo ayer en el entrenamiento del equipo blaugrana. Un entreno en el que participó Messi aunque el club se cuidó muy mucho de no mostrar ni una sola muestra de la presencia del delantero junto al resto de sus compañeros. Las casi 20 fotos distribuidas y el vídeo de algo más de dos minutos tuvieron como característica común: ni rastro de Messi.
Pero sí. Messi estuvo. Jugó un partidillo y marcó. Lo hizo por dos veces. En una marcó un tanto normal, sin brillo. Su otra diana, sin embargo, fue un asunto distinto. Fue, cuentan los que lo vieron, un golazo marca de la casa, de esos en los que Messi deja extasiados a los que le contemplan. Un gol que, relatan, tuvo como guinda un remate seco que se coló por la escuadra de la portería rival.
Los aplausos restallaron cuando al bola besó la red. Messi había vuelto y lo había hecho como a él le gusta, con un golazo que da esperanzas al Barça de que no sólo estará en el Bernabéu, sino que estará en plenitud de condiciones físicas y 'artísticas' con la magia en sus botas intactas para amenazar al eterno rival e intentar aumentar hasta los seis puntos la ventaja que mantienen en el liderato.
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