
Sergio Ramos y su entorno han tratado en las últimas horas de desmontar el episodio de este lunes, cuando el capitán del Real Madrid fue cazado conduciendo su coche a la salida de la ciudad deportiva Real Madrid de Valvebebas con una máscara puesta. El argumento utilizado es que no era él quien manejaba el coche, que él en verdad iba en la parte de atrás.
Ayer a primera hora de la tarde las redacciones de varios medios de comunicación de índole nacional recibieron llamadas del entorno del futbolista negando que fuera Ramos el conductor, una coartada que viene amparada por el hecho de que las lunas traseras del coche sean tintadas y que no se aprecie en las únicas imágenes existentes si alguien iba o no en la parte trasera.
EcoDiario.es se ha puesto en contacto con los periodistas que presenciaron la escena. Insisten en nadie iba en la parte de atrás del vehículo.
El audi salió a velocidad normal de Valdebebas y al llegar a un paso de peatones, lejos de acelerar como hicieron otros jugadores del Real Madrid, bajó su velocidad.
En ese momento se pudo apreciar que sólo había dos ocupantes. El copiloto (una persona sin máscara, pero que no era Ramos) y el conductor. Nadie más en la parte trasera. Éste levantó la mano para saludar y decir que no iba a firmar ninguna camiseta, como solicitaban algunos aficionados. Después, aceleró el paso y abandonó la zona sin más problemas.
Teniendo en cuenta que el deportivo era el audi que escogió Sergio Ramos en la reciente entrega de esta marca a los futbolistas blancos, todo apunta a que sí, que era él quien conducía.
¿Por qué este interés de Ramos y su entorno en desmentir semejante 'gamberrada'? Tres son los motivos. El primero, de orden puramente mediático.
El futbolista es consciente de que un capítulo así puede volverse en su contra y provocar una oleada de críticas apenas 48 horas después de que los jugadores del Barça también fueran puestos en entredicho por irrumpir en la sala de prensa del Coliseum Alfonso Pérez disfrazados con motivo de la festividad de Halloween.
El segundo motivo es de orden vial. La DGT podría tomar cartas en el asunto y penalizar al futbolista toda vez que el código de circulación prohíbe portar máscaras o elementos similares que impidan la identificación del conductor de un vehículo.
Además, y en tercer lugar, el Real Madrid también podría imponer algún tipo de sanción de orden interno y carácter disciplinario a su futbolista por un comportamiento que podría considerar como inadecuado.