
Gareth Bale se ha roto. El delantero podría estar fuera de los terrenos de juego hasta tres semanas por un nuevo problema en el sóleo. Es la quinta vez que el galés se lesiona en esta zona en lo que podría derivar en una dolencia crónica. Este episodio no ha hecho que ahondar en el enfrentamiento que mantiene la plantilla del Real Madrid y la directiva merengue a costa del jefe de los servicios médicos del equipo, el doctor Jesús Olmo.
Este lunes el diario Marca desveló que los futbolistas habían vetado directamente la entrada del facultativo en el vestuario blanco en lo que se interpretaba como un gesto de rebelión del grupo frente al propio Olmo y al palco que lo apoya.
Recordemos: Olmo fue el responsable del despido de algunos fisioterapeutas de confianza de los futbolistas. Éstos también le acusan de estar detrás de los muchos problemas físicos que sufrieron el año pasado y de fomentar el despido de Ancelotti filtrando informaciones negativas en torno al técnico italiano.
De ahí el veto para entrar en el vestuario después de que los mandatarios, lejos de plegarse a las peticiones del equipo (fue una de las últimas reclamaciones de Casillas como capitán blanco), reforzaran su poder.
Pues bien, en medio de este fuego cruzado entre unos y otros emerge esta lesión que ha vuelto a dejar en evidencia al doctor Olmo por dos motivos. El primero, la desconfianza de Bale.
El galés acudió el pasado domingo al centro privado de uno de los recuperadores del Real Madrid en lugar de acudir a Valdebebas y ponerse en manos del equipo médico habitual que ejerce en la ciudad deportiva del conjunto merengue.
No es la primera vez que algún jugador del club 'regatea' los servicios oficiales de la entidad y se pone en manos bien de otros médicos, o bien de los servicios que ofrecen algunos de los fisioterapeutas madridistas, eso sí, fuera de las instalaciones merengues.
El caso más frecuente es el de Pedro Chueca, ex fisio del equipo. Los futbolistas lograron que a finales de 2014 viajara a Marruecos para que los tratara en el Mundial de Clubes, pero lo hizo como un 'outsider' y no como miembro de la expedición. Muchos cracks merengues aún acuden a su casa para tratarse al margen de la terapia que reciben en el club.
Pero más allá de este dato, la lesión de Bale también deja en evidencia a Olmo porque, según filtran desde el seno del vestuario, no se pudo detectar el inicio de lesión que sufrió el delantero e incluso se tardó tiempo en diagnosticar el alcance exacto de la lesión.
Son pequeñas 'gotas' que siguen colmando el vaso de la paciencia de la plantilla frente al doctor y aquellos que lo defienden en el seno del club.