
El Real Madrid ha logrado rebajar la tensión de los últimos días. El encuentro de este miércoles entre Rafa Benítez y Sergio Ramos ha acallado los ecos del enfrentamiento entre el técnico y sus jugadores. Pero esta primera tregua no esconde algunos de los episodios acaecidos en las últimas semanas. Uno de ellos es el de la 'guerra de egos' entorno a la figura de Cristiano Ronaldo.
Tras este suceso se esconde de nuevo la figura de Rafa Benítez. A lo largo de los últimos meses, el entrenador y sus declaraciones han levantado algún recelo dentro del vestuario por las comparaciones con el hombre franquicia del Real Madrid. Primero trató de igualarlo al nivel de Benzema o James, afirmando que era un gran jugador como ellos, pero no el mejor del mundo.
Después admitió que sí, que CR7 era el mejor. Más tarde, volvió a reforzar sus palabras asegurando que el único jugador insustituible del equipo era el portugués para, al poco tiempo, volver a abrir las puertas de la duda ("No puedo decir que sea el mejor al que he entrenado") hasta cerrarlas a las pocas horas. Bandazos que además de molestar al principal afectado, a Cristiano, han generado efectos colaterales en sus compañeros.
Por ejemplo, en Sergio Ramos. Escondidas entre las declaraciones sobre el derbi, el andaluz dejó un recado al respecto de esta asunto a su entrenador. "No es plan de crear titulares contra mi entrenador, pero yo no creo que haya ningún jugador imprescindible, y menos en club como el Real Madrid", dijo a las puertas de la concentración de la Selección Española.
Su respuesta versó sobre aquella defensa de Benítez. El Real Madrid son Cristiano y 10 más, vino a decir Rafa. Ramos no opina igual. Sí, es cierto en que en la plantilla valoran al delantero como el mejor de su equipo, pero de ahí a colocarle el estatus de 'intocable' hay cierta diferencia. Y como el defensa, hay otros jugadores que, según ha podido saber EcoDiario.es, no estaban muy de acuerdo con estas afirmaciones de su 'jefe'.
Tampoco han gustado a un Bale que aspira a ser el sustituto del luso en el Real Madrid y que, tal y como se ha venido contando en los últimos meses, ha presionado al club a través de su agente para lograr una mejoría en su estatus. A él también le gustaría sentirse intocable como Cristiano.
Así fue como se le trató a principio de temporada, pero su bajo rendimiento inicial y su lesión frenaron esta idea. Y junto a él Benzema. Sus enfados con los cambios tienen que ver con esta idea. Aunque está siendo el mejor del Real Madrid en el comienzo de temporada, siempre es el sustituido. Es el eslabón débil de una BBC que quiere jugar siempre, al igual que Kroos (el único que el curso pasado sí fue intocable) o Varane (no le gustan las rotaciones con Pepe).
El dilema está servido. Ahora le toca a Benítez solventarlo y dirigir en equilibrio este choque de 'egos' que ya hizo saltar chispas con Mourinho al frente del banquillo y que, sin embargo, encumbro a Carlo Ancelotti y su mano izquierda con las estrellas.