Fútbol

Ter Stegen pierde la magia en la portería del Barça

Ter Stegen en el cuarto gol del Celta. Imagen: EFE

Ter Stegen sufrió ayer en primera persona la mayor goleada que ha recibido el Barça en Liga desde 2008. Entonces fue el Rea Madrid el encargado de infligir un 4-1 a los culés en el clásico del famoso pasillo. Ayer fue el Celta de Nolito el conjunto que repitió marcador más de siete años después de aquello. Un abultado marcador en el que el alemán apenas nada pudo hacer. Tres de los cuatro goles llegaron en clarísimas ocasiones de gol celeste. El otro se produjo en una acción de genio de Nolito que el arquero alemán llegó a tocar con la yema de los dedos. No fue suficiente. Con todo y con eso, las críticas le llovieron tras el duelo fruto más del extraordinario rendimiento que dio la temporada pasada que por tener responsabilidad en lo acaecido en Balaídos. Ter Stegen ha perdido la magia y eso, defendiendo una portería como la culé, suele ser sinónimo de palabras gruesas y duros análisis.

El curso pasado el germano fue una de las revelaciones del Barça del triplete. Lo hizo disputando sólo dos competiciones: la Copa y la Champions, un torneo, éste último, en el que se lució ante los mejores de Europa dejando intervenciones antológicas.

La más recordada quizá fue aquella por la que ganó el premio de la UEFA a la mejor parada en el Viejo Continente cuando, ante el Bayern sacó por dos veces un balón que parecía colarse dentro de la meta. Primero frenó un trallazo de Lewandowski y cuando la pelota parecía que se iba a colar dentro, saltó felino hacia atrás para repeler el cuero lejos de la línea de gol.

Bella acción que puso guinda a un año lleno de aciertos, algunos fruto de eso que Xavi bautizó como "tener estrella" cuando se refería a su amigo Iker Casillas. Esto es, estar en el momento justo en el lugar adecuado para, sin saber cómo, evitar la catástrofe.

Pero esa 'buena estrella' parece que ahora le ha abandonado. Este año no se le ha visto realizar milagros. Una ausencia a la que se han unido algunas intervenciones puestas en tela de juicio por la opinión público. A saber: el gol de San José tras un mal despeje en la Supercopa de España, el del centro del campo de Florenzi ante la Roma y el que el pasado domingo le metió el Levante por una mala salida en un córner.

Si a todo ello se le une un partidazo del portero rival como ayer sucedió con el Celta, el resultado es una sensación de abismo entre el Ter Stegen del curso pasado y el de este año. Una diferencia gestada más por la ausencia de paradas épicas, que por la presencia real de grandes desatinos.

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