Fútbol

Iker Casillas y una venganza poco propicia contra José Mourinho

Mourinho y Casillas, en un entreno de 2011. Imagen: Reuters

La suerte ha querido que Iker Casillas vuelva a cruzarse en el camino de José Mourinho. El portero ex del Real Madrid tendrá delante con su Oporto al Chelsea de 'The Special One'. Será su oportunidad para vengarse del entrenador tras los roces que mantuvieron en el Santiago Bernabéu y por haber germinado en el coliseo merengue la semilla que ha provocado su salida de la capital. Oportunidad poco propicia. El duelo, a priori, lo tiene ganado el entrenador portugués.

Y es que el Chelsea emerge en esta Champions League (de nuevo) como un claro candidato a llegar lejos en la competición. Es cierto que el curso pasado los 'blues' fueron eliminados por el PSG en un vibrante duelo disputado en Stanford Bridge. Eran los octavos de final y Mourinho masticó el sabor de una derrota amarga que ahogaba sus anhelos de repetir el gesto de levantar la orejona, como ya hizo en 2010 con el Inter y en 2004 con el propio Oporto.

Pero aquello debe ser entendido como un tropiezo factible ante un PSG que empieza a consolidarse en Europa y no como la norma que seguirán los ingleses de aquí en adelante.

La medida real del Chelsea debería ser la que dió en la 2013-2014, cuando llegó a semifinales, donde el Atlético de Madrid le apeó. Este año ése será el peldaño mínimo al que quieren arribar en Stanford Bridge, más si cabe teniendo en cuenta que de nuevo han realizado notables fichajes (Pedro es el más destacado) y que llegan a esta edición como vencedores de la Premier League.

No, no será sencillo para el Oporto (y por ende, a Casillas) ganar al Chelsea en esta fase de grupos. Además, los de Lopetegui han visto como han perdido algunas de las piezas claves con las que el curso pasado atemorizaron al mismísimo Bayern de Múnich. Jackson Martínez, Casemiro u Óliver Torres han puesto rumbo lejos de Do Dragao. Se podría decir que Casillas es, de hecho, el 'galáctico' de este equipo.

De sus paradas ante Cesc, Hazard, Matic, Pedro o Diego Costa dependerá, en buena parte, que los lusos tengan opciones de brillar.

Esas paradas serían la mejor 'venganza' personal de un portero que verá como el público que le anima ahora cada 15 días animará también a ese hombre del que quiere vengarse. Mourinho es ídolo en Oporto.

Es más, en el museo tiene una estatua que 'recibió' a Iker el primer día que se enfundó la zamarra con el 12 a la espalda. Su mirada a la figura pétrea del ex entrenador dejó correr ríos de tinta aquella mañana.

Es un paisaje escasamente favorecedor para que cumpla con su deseo de devolverle sobre un terreno de juego todo lo que le hizo en Madrid.

Quizá al ex capitán le habría apetecido enfrentarse cuando aún lucía de blanco, en un equipo con mejores armas para hacer daño al Chelsea y frente a una afición que empieza a sentirse también desencantada con el que fue su técnico.

Pero la suerte ha querido que sea así y así será como uno y otro volverán a verse las caras dos años después de que sus caminos se separaran a tanta distancia como estaban ya distanciadas sus afectos en aquella convulsa primavera de 2013.

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