
Diego López, portero del AC Milan, ha roto su silencio. Después de haber salido el pasado verano del Bernabéu, el cancerbero ha concedido una larga entrevista a Canal + en la que ha hablado de todo. Sin cortarse. Sin rodeos o lenguajes amables. Un torrente de sinceridad con cuatro nombres propios por encima del resto: Mourinho, Iker Casillas, el Real Madrid y la selección española.
Este póquer de protagonistas son los mismos que marcaron su retorno a la capital y su salida del equipo blanco. Salida que, al contrario de lo que ha estado vendiendo el club de Concha Espina no se produjo a petición del futbolista. No al menos por una voluntad decidida y tajante desde el principio de la pretemporada, como sí ocurrió, por ejemplo, con Di María.
Dice el portero que sí, que pidió irse, pero sólo cuando observó que en el Real Madrid ya no le querían. Aunque nadie se lo dijera a la cara. Tampoco hizo falta ningún mensaje explícito.
"Tengo 32 años y se cómo funciona todo. Vi que se ganaron las dos competiciones en las que yo no jugaba. Nadie me lo dice y se ficha a Keylor [Navas], otro gran portero y una competencia más. No es que tire la toalla y me sienta inferior. Noté que había cambios y tomé la mejor decisión deportiva y económica para mi familia y para mí", desveló el cancerbero en Fiebre Maldini.
Además, cuenta como fue el propio Ancelotti el que le impulsó a dar el paso para acabar en San Siro. "Carlo me comenta que le ha llamado Pippo Inzagui. Tenemos una conversación como amigos. Yo le pido informes a él y a Vecchi y me hablan muy bien", afirma sobre el preparador italiano.
El adiós estuvo muy condicionado también por cómo se sentía en el Bernabéu. Aunque durante todo el tiempo que duró su competencia con Iker Casillas parecía que era sólo el capitán el que se sentía desmenuzado al detalle por la grada, él, Diego López, también sentía esa presión que le hacía no sentirse tan cómodo como le gustaría.
"Quizás Mourinho era el escudo de las críticas y cuando él se va la diana soy yo. Tenía una lupa encima tremenda", afirma sobre el periodo post-Mourinho en el Real Madrid.
Uno y otro, portero y entrenador, vieron sus carreras unidas desde el momento en el que 'The Special One' decide apostar fuerte por el arquero sin que ello suponga un trato de favor hacia Diego López en detrimento de Iker Casillas. Eso al menos es lo que Mourinho le dijo al propio Diego cuando fichó por los blancos en enero de 2013.
"Mou me dejó muy claro que él pondría al que mejor viera y que no tenía nada en contra de Íker, que yo no era su niño bonito. Si yo bajaba el rendimiento me iba a quitar", describe el ahora arquero del Milan. Claro que en esa misma charla, el entrenador portugués también desveló que una temporada antes ya había intentado ficharle para poner en apuros a Casillas.
"Me dijo que ya me había querido fichar la temporada anterior, que confiaba en mí y que tenía un reto. Es una persona distinta, solo con su mirada y sus palabras te lleva hacia donde quiere", piropeó el gallego.
¿Y con Iker Casillas, como fue su relación? Comenzó bien. Acabó regular. Diego López no se corta. "Nunca faltó el respeto entre los dos, ni hubo un mal gesto. Mentiría si lo dijera, pero es cierto que nuestra relación cambió y yo no creo que hiciera nada para que cambiara. Quizá ocurrió porque tenía que ser y la competencia lo provocó. Él seguramente lo pasó mal y yo me encontré fuerte", desvela el portero.
Con todo y con eso, tampoco tiene reparos en piropear a su ya ex compañero: "Podré contarle a mis nietos que tuve una competencia bestial con Íker Casillas, un mito de la portería del Real Madrid. Me retiraré y seguiré siendo el mismo de siempre. Estaré orgulloso de lo que he conseguido", añadió.
Su malestar con Del Bosque
Y en medio de tanta reflexión sobre el Real Madrid, Diego López también tuvo tiempo para dar su propia visión sobre la selección española y su ausencia reiterada desde Sudáfrica 2009. Fue tras aquella Copa Confederaciones cuando dejó de contar para Del Bosque en detrimento de Víctor Valdés. Él esperaba acudir al Mundial. No fue así. Su ausencia un duro golpe.
"Me dolió muchísimo. Quedarme fuera en el último momento cuando había ido a todas las convocatorias me dejó muy tocado. Creo que faltó algo de tacto personal y humanidad. Sentía que merecía estar en ese Mundial", confiesa.
Ni su retorno al Bernabéu le sirvió para hacerse un hueco en el combinado nacional. "Echo de menos que en los años posteriores Vicente no me haya vuelto a llamar cuando he sido titular en el Real Madrid. No pierdo la esperanza de volver y por eso he venido a un gran club", concluye el portero.