
Fabián Orellana fue ayer, ante el Barça, el protagonista triste del encuentro que su equipo, el Celta, jugó contra el Barça. El chileno fue expulsado en el minuto 87 de partido por lanzar, según el acta "con fuerza excesiva" un trozo de césped en la cara de Sergio Busquets cuando perdía tiempo en el lanzamiento de una falta.
El jugador, consciente de su metedura de pata, se marchó del terreno de juego con cara de pocos amigos. Su entrenador, el 'Toto' Berizzo, calificó de "irresponsabilidad absoluta" el gesto de su futbolista y afirmó que tendría unas palabras con él después de 'forzar' esa roja tan poco frecuente.