Álvaro Arbeloa, defensa del Real Madrid, podría perderse los dos próximos partidos de Liga del equipo merengue. El primero, ante el Rayo, en Vallecas este miércoles, por haber visto ante el Granada la quinta amarilla y cumplir, por tanto, ciclo. El segundo, ante el Eibar, el sábado que viene, precisamente por haber admitido que la cartulina de ayer fue una tarjeta forzada.
"Lo hablé con el míster y decidimos forzar la cartulina para descansar contra el Rayo", comentó el defensa salmantino en zona mixta después del partido.
Desde hace tres temporadas se castiga con un partido extra el hecho de forzar una amarilla para buscar cumplir ciclo y llegar 'limpios' a otros encuentros. La regla nació a raíz de un polémico partido precisamente entre el Real Madrid y el Ajax en Amsterdam, cuando Sergio Ramos y Xabi Alonso forzaron sendas tarjetas amarillas para ver la roja y llegar 'limpios' a los octavos de final.
Para lograrlo, Mourinho organizó una suerte de actuación tan evidente (Dudek, portero suplente, fue a la meta de Casillas para que el capitán comunicase la orden del técnico a Ramos y Xabi), que la UEFA mutó el reglamento para que una amarilla claramente forzada supusiese un segundo encuentro de sanción.
La norma entró en vigor en la temporada siguiente (2011-2012) y casi le cuesta un clásico a Piqué. El defensa forzó de forma tan notable una quinta amarilla ante el Rayo Vallecano que por un momento se pensó que sería la primera víctima de este cambio de reglamento. El jugador no sabía de esta nueva normativa y se mostró sorprendido cuando el delegado de equipo, Carlos Naval, se lo hizo saber. Guardiola se indignó por este desliz. Finalmente el comité no entró de oficio y sólo le sancionó con un partido.
Con todo, esta vez el caso es diferente porque ha sido el propio jugador, Arbeloa, el que ha reconocido que forzó la amarilla para perderse el siguiente encuentro.
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El antecedente de Piqué